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SON AMAR 2
UNICAJA ALMERÍA 3

SON AMAR: Ruette, Pochop, Díaz, Cabrera, Falasca y Antiga. Líbero: Alexis González. También jugaron Moltó, Vega y Gatin.

UNICAJA ALMERÍA: Cosme Prenafeta, Vasic, Veres, Van de Goor, Patriarca y Juanjo Salvador. Líbero: Berenguel. También jugaron Casilla y Reinaldo Alves.

Àrbitros: Fernández y Torrent (Colegio Catalán).

Parciales: 30-28 (32 minutos), 20-25 (21 minutos), 25-21 (24 minutos), 25-27 (31 minutos) y 14-16 (17 minutos).

Àngel Aguiló

Son Amar y Unicaja Almería disputaron ayer en Son Moix un partido de auténtico lujo. Los cerca de 1.500 espectadores que lo presenciaron in situ vibraron como nunca ante el juego soberbio de dos equipos que ayer pusieron en liza todos sus argumentos para obtener un triunfo con más valor del habitual. Y ahí se impuso el Almería. El conjunto de Piero Molducci demostró que, hoy por hoy, es el mejor bloque con diferencia de la competición. Y lo es porque estando contra las cuerdas ante un gran equipo, supo reaccionar, forzó la muerte súbita y ganó, demostrando que la diferencia, a estos niveles, la marca la mentalidad.

Por plantilla y por cualidades de juego, las distancias entre ambos equipos son prácticamente inexistentes. Los números así lo indican. El hecho de que ayer se llegase al quinto set es el fiel reflejo de la paridad entre ambos bloques. El punto diferencial está en el cómo afrontar un cara o cruz, en la resistencia mental y en la fe en las propias posibilidades. Y en eso, el Unicaja lleva una considerable ventaja. El conjunto andaluz está acostumbrado a ganar, sabe como decantar la balanza en momentos críticos. Por contra, el Son Amar, con un plantel inmenso, todavía no ha adquirido ese punto de madurez necesario.

Es muy significativo que el conjunto de Bogoevski no haya sido capaz de ganar un solo tie-break en dos años. Y normalmente, los títulos, o las opciones de luchar por ellos, se deciden ahí. El encuentro de ayer se presentaba como la prueba de fuego para el Son Amar; en él se debía ver el grado de madurez del equipo. Y ciertamente, los inicios invitaban al optimismo. El choque comenzó con dominio del Unicaja. Tras los puntos inciales de tanteo y de igualdad, el cuadro de Almería abrió una brecha considerable en el momento crucial del primer set. Los andaluces se situaron con un 14-17 a favor que hacía preveer que la manga sería suya.