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Apenas lleva unos días en la poltrona de la Balear de Fútbol (FBF), pero los problemas no han tardado en llegar. La delegación menorquina se ha convertido en algo más que un quebradero de cabeza para el nuevo mandatario de la FBF, donde dos hombres de su máxima confianza -Virgilio Juaneda y José Luis Fernández- han desatado una guerra civil. El reparto de poder en la Junta Insular (JIM) alimenta el conflicto. En una de sus primeras grandes decisiones como máximo mandatario de la FBF, Bestard decidió entregar la presidencia de la JIM a Virgilio Juaneda -inhabilitado tras el «caso Borrás»- y nombrar vicepresidente de la Balear a José Luis Fernández. Se trataba de dos nombramientos con una elevada carga diplomática; una muestra de confianza con dos personajes claves en el éxito electoral de Bestard en Menorca, pero la aparente diplomacia de Bestard no ha agradado a ninguno de los implicados.

Fernández, ex presidente del Sporting Mahonés, no asume que contando con el respaldo de la mayoría de los clubes menorquines -un hecho constatado en las elecciones- no haya sido nombrado presidente de la JIM. Sus declaraciones en contra de Bestard han sido incendiarias. De hecho, Fernández opina que la vicepresidencia de la Balear que le ha entregado Bestard es un cargo menor. Quiere ser presidente en Menorca. Inicialmente, a Virgilio Juaneda tampoco le gustó ser el número uno de la JIM y ser un simple vocal en la directiva de la FBF. Su relación con José Luis Fernández se ha deteriorado sobremanera, aunque vuelve a estar cerca de Bestard.

No es el caso de Fernández, un personaje que goza de un gran apoyo entre los clubes de la isla vecina y que se ha enfrentado públicamente al mandatario de la Balear. Se siente engañado. Es difícil evaluar la dimensión de la crisis, aunque Bestard sigue abogando por el diálogo y es probable que en los próximos días vuelva a desplazarse a Menorca para intentar reconducir la situación y entrevistarse personalmente con Fernández y Juaneda. «Debo reconocer que ha surgido un problema, aunque discrepo con Fernández en algunos puntos de vista. Confio plenamente en su capacidad y por eso lo quiero a mi lado en el órgano directivo de la Federación Balear. No creo que sea un menosprecio o una falta de reconocimiento nombrarle vicepresidente, aunque respeto todos los puntos de vista», significó Miquel Bestard a esta redacción.