El nuevo año no ha alterado el rictus de Héctor Raúl Cúper. El
entrenador del Mallorca ha regresado con fuerza de las vacaciones
navideñas y con una decisión que causó cierta sorpresa en el
vestuario. El técnico argentino se presentó en la Ciudad Deportiva
Antonio Asensio con un inesperado regalo de Navidad. Cúper alteró
su agenda y decidió concentrar tres días a la plantilla para
fomentar la convivencia y escalar un peldaño más en la estructura
de trabajo. Esta mini pretemporada se iniciará mañana lunes y se
prolongará hasta el miércoles, con doble sesiones de entrenamiento
y una concentración en el Hotel Melià Victoria.
Esta concentración sorpresa, que Cúper comunicó a su plantilla
en el primer entrenamiento después de las vacaciones, celebrado en
la víspera de Nochevieja, está motivada por el nefasto final de año
que rubricó el Mallorca, con tres derrotas consecutivas, que
empujaron al equipo a finiquitar el peor año en las dos últimas
décadas y al técnico a abroncar públicamente a sus jugadores, tras
la derrota en Son Moix ante Osasuna. El 4-0 sufrido en Bilbao, con
dos goles encajados en los diez primeros minutos de partido,
agrandaron la herida de un equipo en descenso, con apenas 13 puntos
y con un horizonte (Deportivo, Betis, Real Madrid...) cargado de
nubarrones.
Con las campanadas todavía resonando en el ambiente y las uvas y
el champán aún en el estómago, la plantilla regresó ayer al trabajo
a las once y media de la mañana. Aunque en principio la sesión se
había fijado a las cuatro de la tarde, el técnico decidió adelantar
el entrenamiento. Juan Manuel Alfano y Toni Servera sacaron el
latigo primero en el gimnasio y posteriormente en el césped de la
Ciudad Deportiva, donde Cúper no se cansó de corregir algunos
movimientos y de dar instrucciones a sus hombres.
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