El canterano dispuso de una de las ocasiones más claras para
estrenar el casillero mallorquinista, pero la mala fortuna se cebó
con Tuni en un instante clave para el desenlace de la cotienda. «Me
pegué una carrera larga, dura, y cuando llegué al balón, dudé entre
pegar a romper o colocarla. Opté por la segunda opción y no me
salió bien, mala suerte».
La prioridad del Real Mallorca es clara para Tuni, quien señala
hacia «los seis puntos que nos jugaremos ante Getafe y Málaga».
En la misma línea se movió Arango. El medio tampoco podía
esconder la sensación de preocupación que envuelve al vestuario y
eso quedó patente al afirmar que «se hizo difícil remontar el
partido con un gol en contra, pero cuando llegó el segundo,
entonces comprendimos que ya era casi imposible, aunque siempre
creimos en nuestras opciones».
El venezolano dejó claro que la situación del primer equipo
mallorquinista «es muy delicada. Ahora encaramos una segunda vuelta
que se presenta definitiva para nuestro futuro. Tenemos tiempo para
poder recuperar los puntos perdidos y escaparnos de estas
posiciones tan preocupantes. Sólo hace falta tiempo, y aún tenemos
para cambiar la dinámica».
Disposición
Arango, al igual que sus compañeros, tiene claro que los objetivos
pasan por pensar única y exclusivamente en el rival que se avecina.
«Primer debemos pensar en el Real Madrid, al que se puede ganar, se
ha visto a lo largo de la temporada. Después, ya hablaremos de los
que vengan y analizaremos las virtudes y defectos del rival»,
concluyó el internacional venezolano.
Para Miquel Àngel Moyà no fue una tarde fácil. Los dos goles
encajados no han sido una buena noticia para el guardameta de
Binissalem, quien recordó que «por encima de todo está el equipo».
Debutar en el Bernabéu es un dulce que le apetece, pero dadas las
circunstancias, «lo más importante será salir de allí con algo
positivo. Jugar ese partido es único e inolvidable, pero dependerá
del trabajo que desarrollemos a lo largo de la semana y de la
decisión del entrenador, que tiene la última palabra», confesó Moyà
en la zona mixta del estadio Manuel Ruiz de Lopera de la capital
andaluza.
El hecho de haber encajado dos goles en un partido que podía
haber marcado un punto de inflexión para el devenir del Real
Mallorca es algo que no le agradó, «pues la misión de todo portero
es evitar que le marquen goles, pero la lástima es que no los he
podido evitar y el equipo lo ha notado».
Era inevitable una referencia por parte del joven guardameta
mallorquín sobre el estado de salud de su equipo a la conclusión de
la primera vuelta. Miquel Àngel Moyà reiteró que «la situación a
estas alturas es mala, no es para estar tranquilos, ni mucho menos,
pero todavía tenemos por delante la segunda vuelta y diecinueve
partidos para intentar evitar lo que podría pasar si acabamos en
esta posición la Liga. No es el momento para hacer números, pero es
inevitable hacerlos, pero lo que todos debemos tener muy claro es
que aún tenemos posibilidades de poder escapar de la zona de
descenso, salir adelante. Hoy -por ayer- no supimos aprovechar
nuestras ocasiones de gol y lo hemos pagado muy caro. Pero en el
fútbol, las cosas cambiarn muy rápido y no podemos arrojar la
toalla tan pronto», explicó un Moyà que en ningún momento hizo gala
de un discurso optimista e invita al aficionado a soñar con la
permanencia, el objetivo que se ha marcado el grupo de Héctor Cúper
para lo que resta de competición, una verdadera cuenta atrás para
evitar una situación de terribles consecuencias para el Real
Mallorca. «Aún hay tiempo y tenemos todas nuestras opciones
intactas», recalcó Moyà, uno de los protagonistas en el Ruiz de
Lopera.
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