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Jorge Garbajosa y el argentino Walter Herrmann son dos de los principales «culpables» de que el Unicaja se haya proclamado campeón de la copa del Rey en Zaragoza, aunque el conjunto malagueño ha demostrado ser el mejor equipo y ha jugado como tal. El Unicaja está viviendo su momento más glorioso desde su nacimiento en 1992, fruto de la fusión entre Mayoral Maristas y Caja de Ronda, con el título de Copa del Rey en Zaragoza, que le ha convertido en el decimoquinto campeón. El quince siempre ha sido un número «afortunado» y el Unicaja es el decimoquinto equipo que consigue alzarse con la copa del Rey, con total merecimiento, sea dicho de paso. ¿El jugador que lleva el 15 en su camiseta? Jorge Garbajosa. Llegar hasta las puertas de la gloria siempre requiere un camino largo y tortuoso, pero abrirlas es una empresa de titanes. Unicaja sabe lo que es quedarse con la miel en los labios, tras dos subcampeonatos de la ACB en las temporadas 94-95 y 01-02.

El título de la copa Korac en la temporada 00-01 fue un punto de apoyo, y hasta el presente, el único triunfo del que presumir. Los malagueños se clasificaron para la Copa en el último minuto y casi de penalti injusto, después de unos inicios de temporada en el que las lesiones ocultaron el verdadero potencial del equipo. Con medio equipo en su primer año en el club y con Sergio Scariolo, otro recién llegado a la entidad, al frente de un grupo de jugadores con gran talento, llegar a tocar títulos siempre es complicado, máxime si las circunstancias impiden conjuntar a la plantilla desde el primer momento. Scariolo prácticamente arrojó la toalla de la clasificación copera, que sólo las matemáticas se encargaron de darle.

En la Euroliga, sin embargo, las cuentas no salieron y el equipo se quedó fuera de los dieciséis mejores. Jorge Garbajosa fue la gran apuesta del Unicaja. Una apuesta vencedora en la que hubo que echar el resto, porque el Real Madrid también pujó, y fuerte, por sus servicios, lo mismo que el Barcelona y la mitad de los equipos poderosos de Europa. El de Torrejón de Ardoz es en la actualidad el mejor «4» de Europa y su versatilidad hace de él un auténtico líder, sin ínfulas de estrella, capaz de contagiar a cualquiera. Walter Herrmann, fichado la temporada pasada como jugador franquicia del equipo, también ha renacido en el momento justo, después de múltiples avatares personales que le han impedido rendir conforme a lo esperado.