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Lorenzo Martínez|TURÍN
Juventus de Turín y Real Madrid, dos de los clubes más laureados del fútbol mundial, jugarán hoy un partido de lujo, en el que está en juego su «ser o no ser» europeo y que afrontan con la recuperación de David Trezeguet, en el equipo italiano, y de Zinedine Zidane y el capitán Raúl González, en el español, a pesar de que Nedved no se ha recuperado. Un partido, vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, en el que el equipo eliminado no podrá evitar que se hable de fracaso, pues la conquista de Europa era el gran objetivo para ambos. El Real Madrid parte con una ventaja de 1-0 obtenida en la ida. Un resultado bueno, pero sin más, para un equipo que lleva en su ADN las debilidades defensivas.

No se presenta como una misión fácil para los hombres de Vanderlei Luxemburgo, que deberán aplicarse en varios puntos: concentración y solidez defensiva, atención en las ayudas, control del balón y ritmo en el centro del campo, además de la puesta en práctica de su temido potencial ofensivo. Todo esto y, además, intentar marcar un gol. Algo que teme mucho el Juventus por aquello del valor doble que pueden tener los tantos en campo adversario en caso de empate final. La recuperación del olfato goleador de Ronaldo puede ser vital y el brasileño desea quitarse la espina de no haber marcado nunca en Dell'Alpi.

Sólo así, a menos que llegue la mano de la diosa fortuna, se podrá cumplir el objetivo del Real Madrid de dejar en la cuneta al Juventus de Turín de su ex técnico Capello y, de paso, vengarse de la eliminación europea sufrida hace dos años.