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Toda una vida dedicada en cuerpo y alma al deporte ha merecido una recompensa de la que Joan Josep Mas Garau (Palma, 1948) se siente «orgulloso». El actual presidente de la Federación Balear de Deportes y Actividades Subacuáticas (FBDAS) reconoce haber hecho «de todo» en este mundo, aunque mañana recibirá un especial reconocimiento a su labor en pro de una larga serie de disciplinas que le han tenido como protagonista directo o indirecto. Mas recogerá la Distinción Cornelius Atticus 2004, el justo premio a un currículo que comprende todas las vertientes. Deportista, dirigente, técnico y promotor han sido sus ocupaciones. Ex-jugador de la sección de balonmano del Barça, destacado atleta -fue recordman de Balears de jabalina, martillo y relevos 4x400-, futbolista, jugador de baloncesto, pescador y nadador, destaca su papel como árbitro y fundador de clubes de natación como La Salle o el Ciutat de Palma. De su mano han aparecido eventos como el Máster Ciutat de Palma de Pesca Submarina, un deporte por el que siente devoción merced a la influencia ejercida por su padre, Gabriel Mas. Este último y su mujer fueron las personas que más le marcaron, y a ella quiere dedicar esta Distinción. «Sin ella, no hubiera sido posible. Fue quién lo sufrió todo, no era del mundo del deporte, y acabó implicándose», comenta con nostalgia un Joan Mas que recuerda que este reconocimiento «no sólo reconoce los méritos deportivos, sino los de una vida. En la mía, el deporte lo ha sido todo. Pero en especial el balonmano, al que sigo ligado gracias a AVEBAL».

Mas afirma que antes era más fácil poder compaginar varios deportes. «No estaba todo tan profesionalizado y especializado. Entrenabas dos días a la semana y el tiempo lo llenabas fácilmente», dice el actual dirigente, quien acumula una larga serie de anécdotas. Una le costó cara, «pues jugaba a fútbol con el Mallorca, pero hice la mínima para ir al Campeonato de España de natación. Era en Canarias y el club no me dejaba ir, aunque yo nadé. Por ello, me declararon en rebeldía y estuve dos años sin ficha, aunque me las arreglé para poder seguir jugando».

Tras ello, Mas optó por el balonmano, que compaginaba con el baloncesto. «Lo dejé cuando veía que físicamente ya no podía seguir, y me dediqué a entrenar, pero había pocos apoyos y era complicado subir a Primera», dice Mas, que pasó al campo de la natación con La Salle y el Ciutat de Palma. Entre las figuras deportivas que le han marcado, destacan «Pep Amengual y Rafael Escalas, dos fenómenos en sus respectivas especialidades». El deporte es algo congénito en la familia Mas. «Mi madre fue campeona de Balears y España de gimnasia, al igual que mi hermana pequeña. Y mis hijas han seguido al tradición en natación y natación con aletas, y también son campeonas de España». Joan Mas reconoce que no se veía «de directivo, pero aquí estoy y ganas no me faltan». El Cornelius Atticus no es más que la culminación a su carrera.