En el vestuario del Mallorca la consigna es clara: hay que sumar en
Santander. Un nuevo traspiés sólo le ayudaría a precipitarse al
vacío e incrementaría la presión de la soga sobre su cuello, porque
con sólo diez jornadas por delante y un déficit enorme a sus
espaldas el futuro se presentaría más óscuro que nunca. Los
jugadores de la plantilla lo saben y lo han subrayado en sus
discursos previos al partido. A medida de que se aproxima la hora
del encuentro los jugadores asumen su cuota responsabilidad y son
conscientes de que probablemente ese sea uno de los últimos
argumentos del proyecto bermellón.
Gonzalo de los Santos destacaba ayer que «todo el vestuario es
consciente de lo que nos jugamos y tenemos que saber que por más
que lograramos tres puntos el pasado domingo, la situación sigue
siendo delicada y no tenemos que eludir esa carga. Hay que
afrontarla como tal», recordaba el pivote uruguayo. Para el
encargado de llevar el timón en la zona ancha mallorquinista, «el
hecho de jugar un partido tan importante implica muchas cosas. El
margen de error cada vez se reduce y tenemos que seguir trabajando
como lo hacemos ultimamente. Yo creo que los últimos partidos que
hemos jugado a domicilio hemos estado muy bien y pienso que el
equipo está en buena línea. Tenemos que aprovecharlo y tomarnoslo
como una final».
encuentro supone una buena ocasión para trasladarle toda la
responsabilidad al equipo racinguista, aunque prefiere centrarse en
sus propias preocupaciones antes que en las de su adversario: ««De
aquí a final de Liga lo importante es que nos preocupemos de
nosotros mismos, aunque está claro que todas las semanas tenemos
que analizar a los equipos a los que nos enfrentamos. El Racing
-relataba el uruguayo- ultimamente se mueve
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