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El CSD, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) la Liga de Fútbol Profesional (LNFP) y los clubes presentarán el viernes próximo un Protocolo contra el racismo por el que se conjuran para adoptar una actitud beligerante ante cualquier fenómeno racista y sancionar con rigor a sus responsables. Las partes firmantes del Protocolo «extremarán las acciones para detectar la exhibición de simbología racista e identificar a los causantes de ofensas racistas, xenófobas e intolerantes», según el texto del convenio, al que ha tenido acceso EFE. «El racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia son fenómenos que constituyen una amenaza grave para el deporte y para sus valores éticos», dice el texto, por lo que los firmantes urgen a «adoptar medidas integrales tendentes a prevenir y erradicar del fútbol esas deleznables manifestaciones». El compromiso relaciona, en primer lugar, las medidas de prevención y de protección de las víctimas de actos racistas.

Entre estas últimas figuran las de impulsar, promocionar y desarrollar campañas de prevención del racismo en el fútbol; la adopción de un «Plan de acción contra el racismo», que contendrá «medidas disciplinarias internas, medidas de concienciación y sensibilización sobre la amenaza del racismo en el fútbol, así como acciones dirigidas a prohibir, erradicar y prevenir la difusión de mensajes, símbolos y consignas racistas, xenófobas o intolerantes». Los clubes se comprometen a difundir, por medio de la megafonía y de los sistemas audiovisuales del estadio, mensajes de condena y reprobación de todo tipo de acto o conducta racista, de apoyo y respaldo a las víctimas de actos racistas xenófobos o intolerantes. La RFEF, la LNFP y los clubes fomentarán la deportividad con acciones como la salida conjunta al campo y el saludo de árbitros y jugadores de ambos equipos antes de los partidos y a su conclusión.

Los clubes y organizadores se obligan a prohibir la venta o distribución de cualquier publicación racista, dentro y en los alrededores de los recintos, y a borrar las pintadas racistas, xenófobas o de contenido similar en sus instalaciones deportivas. La participación de deportistas extranjeros aficionados se regirá por las mismas normas que los nacionales, para ello el CSD y la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración se comprometen a promover una modificación de las reglamentaciones deportivas. El comportamiento antirracista de los aficionados será propuesto por la RFEF ante la UEFA como parámetro para la clasificación en competiciones internacionales basada en el «fair play». Las actas arbitrales reflejarán todo tipo de incidentes racistas, para que cuando se interrumpa un partido se exija al organizador que se transmitan mensajes de condena hacia ese tipo de conductas y para que antes de suspender definitivamente un partido, se consulte a los capitanes de ambos equipos y a las Fuerzas de seguridad.