Apareció tapado con un pañuelo que le protegía el labio. Con pocas
ganas de hablar y con el rostro visiblemente dañado. Juan Arango
abandonaba a primera hora de la mañana de ayer la Policlínica
Miramar después de tres días postrado en una cama, luego de un
montón de horas recibiendo visitas y mirando por televisión la
acción que le mandó al hospital. «No recuerdo nada», masculló poco
después en sus primeras manifestaciones tras el codazo de Javi
Navarro. Posteriormente, por la noche, en el programa El Larguero
habló de forma más distendida: «Ahora sólo pienso en recuperarme
cuanto antes. Fue un susto lo que pasé y ojalá no se vuelva a
repetir porque el fútbol español estuvo en peligro».
El venezolano agregó que «he visto la jugada varias veces y la
verdad es que fue una entrada brutal, pero ahora no quiero entrar
en polémicas. Debo tratar de reposar y luego ya veré qué se puede
hacer». El jugador reconoce que lo pasó «mal» al volver a ver las
imágenes por televisión y explica que a Navarro «no tengo nada que
decirle. Cuando me recupere ya hablaré». Guardará reposo entre 40 y
45 días y en ese período de tiempo intentará que su fractura en el
malar vaya sellando.
Ayer pudo marcharse a su domicilio acompañado de su mujer Lauris
y desde allí dijo que, cuando se despertó, sólo pensaba en viajar a
Venezuela para jugar con su selección: «Cuando me desperté, después
de que hubiera pasado todo, sólo quería levantarme para ir a jugar
con mi selección. Estoy mejor, ahora tengo que guardar reposo para
recuperarme cuanto antes», explicó de forma escueta Juan Arango
ante las cámaras de Televisión Española en Balears. Su esposa
Lauris de Arango explicaba a los medios de su país que cuando el
futbolista se despertó lo primero que exclamó fue: «¿Qué pasó, que
hago yo aquí?». «Le pregunté que quién era yo», asegura Lauris y él
me contestó: «Mi esposa...¿qué ocurre, crees que estoy loco?».
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