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DRAC INCA 81
ALCÚDIA 67

DRAC INCA (22+20+17+22): Lolo Castro (7), Stevie Jonson (15), James Lang (8), Alberto Alzamora (11), Sergio Rodríguez (5), -cinco inicial- Chris Sneed (2), Adrián Boccia (22), José María Pedrera (4), Toni Carrasco (3) y Carlos San Emeterio (4).

ALCÚDIA (17+22+10+18): Daniel Cioffi (10), Greg Meldrum (11), Fran Pérez (8), Iker López (11), Rodrigo Riera (2), -cinco inicial- Raúl Mena (5), Jason Blair (16), Javi Llorente (2) y Eloy Almazán (2).

Àrbitros: Gil y Laguna. Sin eliminados.

Incidencias: El partido sirvió para inaugurar oficialmente el nuevo pabellón de Pollença. La recaudación fue a parar a manos de la ONG «Pollença Solidària», que la destinará a sus proyectos en el Sáhara. En las gradas estuvo el jugador de la NFL Reggie Hayward, que siguió las evoluciones de su amigo Stevie Johnson.

Cristóbal Muñoz

La buena forma y dinámica de resultados del Drac Inca tuvo continuidad en la jornada de ayer con el triunfo que cosecharon los de es Raiguer frente al Alcúdia en un encuentro que le sirvió a Fede Pozuelo para calibrar las opciones que Rodrigo Riera tiene de firmar hasta el final de la presente temporada. El base uruguayo salió de inicio, pero los nervios le pasaron factura y dejó claro que puede ofrecer un mejor baloncesto.

Pese a ello, el juego interior del Alcúdia fue una de las referencias del choque en los primeros diez minutos. Jason Blair -once puntos-, Greg Meldrum e Iker López -9 puntos cada uno- mantuvieron con vida a los del Nord de Mallorca, que finalizaron el primer parcial con una leve desventaja en contra (22-17). Pese a todo, la igualdad fue una constante y el grupo de Pozuelo se permitió el lujo de tutear a un Drac Inca que se asentaba por delante en el electrónico y en el que Sneed dio el susto al padecer un pinchazo en la zona púbica que encendió la luz de alarma entre Juan Díaz y sus compañeros del cuerpo técnico gualdinegro.

Fue por entonces cuando Rodrigo Riera dispuso de protagonismo, pero tuvo que llegar el segundo cuarto para que la reacción del Alcúdia fuera una realidad tangible. Los de Pozuelo se pusieron las pilas y metieron el miedo en el cuerpo al Drac Inca, que pese a ello se marchaba al descanso tres arriba (42-39). Con ello se podía adivinar que la segunda parte prometía, que el partido estaba vivo y que el Alcúdia, con suficientes argumentos para hacerlo, podía cambiar el sino que marcaba el electrónico. Aunque el Drac Inca decidió pisar el acelerador para fijar un parcial de salida en el tercer cuarto de 9-2 que obligó a Fede Pozuelo a solicitar un tiempo muerto.

El partido se le iba al Alcúdia, que se veía diez abajo (59-49) en la recta final del tercer cuarto, circunstancia que se agravó entrado el último período, en el que los de Juan Díaz obtuvieron diferencias que tocaron techo cuando los de es Raiguer se pusieron diecisiete arriba (78-61), dejando así la contienda sentenciada del todo. Los problemas físicos y los golpes, unidos al carácter amistoso del partido, llevaron a que tanto Fede Pozuelo como Juan Díaz reservaran a algunos de sus hombres «tocados» y importantes, con la competición regular en mente. A la conclusión, el Drac Inca hizo valer la ventaja adquirida en el tercer cuarto para obtener un triunfo de valor simbólico ante su máximo rival geográfico y deportivo, pues Inca y Alcúdia son ahora mismo segundo y tercero, respectivamente, en la clasificación de la LEB-2.