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El escándalo y la vergüenza han salpicado de nuevo a la cantera del fútbol balear, que el pasado fin de semana fue testigo de unos desagradables incidentes que han dejado al descubierto la cara más desagradable y repulsiva del deporte. El domingo se jugaba un encuentro de Tercera Regional en categoría juvenil que enfrentaba al Juventud Can Picafort y al Port de Pollença, pero éste nunca pudo acabarse. Una enorme tangana originada tras una expulsión -la quinta del equipo local en ese partido- se saldó con una batalla a las puertas de los vestuarios en la que se vieron implicados jugadores, técnicos y directivos. El balance final es amplio: un herido de consideración que continúa hospitalizado en una clínica palmesana, una carga de sanciones que previsiblemente será ejemplar y el abandono de un equipo de la competición a falta de cinco jornadas para que descienda el telón de la temporada.

El que salió peor parado de toda esa espiral de violencia que se generó sobre el terreno de juego fue el coordinador del Can Picafort, Pedro Payeras, que intentó mediar entre los jugadores de uno y otro equipo y que acabó en el Hospital de Alcúdia con el cuerpo lleno de golpes y una posible fractura de fémur que finalmente fue descartada. Payeras, que ayer fue trasladado a la Clínica Planas de Palma con multiples hematomas y un fuerte dolor en el oido izquierdo, sigue recuperándose de lo sucedido y asegura que no recuerda la mayoría de lo sucedido, aunque confía en no tener que volver a pasar nunca por un trago similar.

Las diferentes versiones sobre los hechos están totalmente enfrentadas y todo se encuentra a expensas de que el Comité de Competición se pronuncie emita un veredicto, aunque de momento, ya se han empezado a producir los primeros movimientos. Sin ir más lejos, el presidente del Can Picafort, Miguel Rodríguez, reconocía ayer a este diario que va a retirar a su equipo de la competición: «Estamos ya cansados de los arbitrajes que estamos sufriendo durante toda la temporada y los jugadores no tienen ganas de seguir. De hecho, ya no querían ni siquiera jugar este último partido porque estamos quemados de que nos machaquen con los arbitrajes. Vamos a retirarnos del campeonato», aseguraba. El dirigente del Can Picafort responsabiliza además a las actuaciones arbitrales de este tipo de incidentes y asegura que el colegiado del que pitó el domingo reflejó en el acta una serie de cosas que no son ciertas.