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Tras un largo fin de semana, la plantilla del Alcúdia empieza a asimilar los drásticos cambios que su vestuario ha padecido. La destitución de Fede Pozuelo con las series de ascenso en el horizonte han devuelto al banquillo del primer equipo a Eloy Doce. Hasta ahora segundo, a la sombra de Fede Pozuelo, el preparador fue el encargado de firmar el título de Primera y el paso a EBA que jamás llegó a producirse. La primera eliminatoria de los play offs es su primer gran reto. El mismo que se fija la entidad del Nord de Mallorca para ocupar el lugar que, por plantilla, le correspnde. Su conocimiento del plantel no ofrece dudas. Va a afrontar este desafío en solitario. No tendrá segundo y el preparador físico también ha dicho adiós, pero la plantilla está a muerte con un técnico con carácter. Pero por encima de todo, con muchas ganas de poder llevar esta nave a buen puerto. Pulir aspectos de pista es su gran preocupación a 48 horas del primer asalto ante el Pozuelo. Su llegada al cargo ha sido inminente. De hecho, en su debut como responsable del equipo LEB-2 todavía se sentía «como el segundo que he sido todo el año, pero entonces caí en la cuenta de que debía tomar decisiones de peso. La primera es pulir algunos pequeños defectos que tenemos. No tenemos tiempo para mucho, pues nos espera una enorme responsabilidad y queremos cumplir», explica Doce, quien se ha ganado la confianza de sus ahora pupilos desde su irrupción sobre el parqué del pabellón de Alcúdia.

El hecho de que haya habido varios movimientos en la plantilla a lo largo del curso ha hecho «que la marcha de Fede y mi llegada haya sido más fácil de asimilar. Hay que tirar para adelante y ascender, aunque sea con el factor pista en contra. Tenemos un buen equipo y el trabajo previo es nuestro mejor aval. Con ello, puedo asegurar que en Madrid vamos a hacer algo importante». Caer de las cuatro primeras posiciones no era una obsesión para plantilla y cuerpo técnico del Alcúdia, aunque a medida que el equipo se iba acomodando en la zona noble de la clasificación «nos íbamos haciendo a la idea y trabajábamos sobre eso. Incluso en la semana previa al partido de Hospitalet. Sabíamos que existía una combinación que nos podía llevar a la quinta plaza y por eso no fue tanta la sorpresa. Lo que afectó fue la imagen ofrecida, mucho más que el hecho de perder el factor cancha», añadió Doce.

Uno de los puntos básicos de su manual de vuelo es la mentalización para jugar los partidos lejos de Alcúdia con plenitud de garantías. «Puede ser una ventaja para nosotros, nos puede ayudar a quitarnos un poco de presión que jugando en casa llegaría a ser mayor. Estoy convencido de que vamos a ganar, al menos, uno de los dos partidos, y vamos a jugar más relajados. Empezar con dos partidos en casa puede ser un arma de doble filo para el Pozuelo. El primer partido marcará la pauta, pero lo que espero es que estemos al nivel que podemos ofrecer», añadió este hombre de club al que no asusta la posibilidad de poder caer en la primera ronda. Es más, no piensa en ello. Del Pozuelo tiene claro que es un bloque experimentado. Poag, Quesada o Joe Alonso se las saben todas. «No nos vamos a obsesionar con un sólo jugador. En defensa no se puede fallar, y en ataque hay que perfeccionar algunas cosas. Pero por encima de todo, debemos ir con una mentalidad positiva. Más que los aspectos tácticos, lo que realmente me preocupa es cómo podamos afrontar los partidos en el aspecto moral, algo fundamental a estas alturas», explica un Eloy Doce que emite tranquilidad en cada una de sus palabras y emite un mensaje positivo de cara a todos los estamentos.