Hace apenas una década, cuando los ingresos televisivos no encabezaban los presupuestos de los clubes de fútbol, el horario unificado se imponía en la Liga española. Si los resultados incidían directamente en el título, el descenso o la clasificación para un torneo continental en las últimas jornadas del campeonato, los equipos implicados disputaban sus partidos a la misma hora para evitar ventajismos o especulaciones. En el último lustro, sin embargo, las televisiones sustentan la economía de los clubes a cambio de decidir el horario de los partidos. Este vuelco mediático jugará este fin de semana en contra de los intereses del Real Mallorca. ¿Por qué? Muy sencillo. El Levante, que marca la frontera de la salvación con tres puntos más que el Mallorca, recibe el próximo sábado a las 22.00 horas al Barcelona, que puede saltar al Ciudad de Valencia con el título de Liga en sus alforjas si el Real Madrid, que inicia su partido dos horas antes, dobla la rodilla en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla... El principal perjudicado de este cóctel televisivo es el Real Mallorca, interesado en que el grupo de Frank Rijkaard se mida al Levante con la obligación de ganar para cantar el alirón.
Fútbol/Real Mallorca
Una liga adulterada
El Levante recibe el sábado al Barça, que puede ser campeónantes de jugar si el Madrid cae en Sevilla
10/05/05 0:00
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