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«Necesitaba ganar una medalla», recuerda una y otra vez Brigit Yagüe Enrique (Palma de Mallorca, 1981), una de las mejores deportistas que ha dado esta Comunitat y que después de haberse quedado sin un metal olímpico, se había fijado el Mundial de Madrid como una prioridad. «No el título, me daba igual el metal, después de los Juegos necesitaba ganar a la thailandesa -su verdugo en Atenas, Yaowapa Boorapolchai- y volver a subir al podio», explica la subcampeona mundial del peso pluma, a quien sólo la china Ying Wang, a quien le arrebató el cetro dos años antes, pudo frenar. Después de un año duro, intenso, Brigit descansa unos días en casa, rodeada de su familia y sus amigos, pero no tiene tiempo para relajarse. Sus estudios son algo que tiene muy presente y desea acabarlos para centrarse plenamente en el taekwondo.

Son muchas las ambiciones que planean por su cabeza, pero el campo académico es a día de hoy una prioridad. Pese a ello, una competición en Turquía y el Campeonato de Europa están en el horizonte. «En octubre nos vamos a Letonia. Lo haremos con menos tensión, aunque la última vez gané en individual y por equipos. El año pasado fue complicado, exigente, porque teníamos por delante unos Juegos Olímpicos y, casi sin tiempo para recuperarnos, el Campeonato del Mundo. Ahora disfruto más entrenando y puede que eso se refleje en el tapiz», apuntó una de las indiscutibles líderes del equipo nacional. La preparación de cara al Europeo va a forzar un cambio en los planes vacacionales de Yagüe, que sólo dispondrá de tres semanas de relax antes de ponerse las pilas. «En agosto me tocará entrenar en el CAR, qué le vamos a hacer», decía con resignación la actual campeona nacional y continental, que de cara al Campeonato de Europa se fija el listón «en el oro, voy con muchas ganas, más después de lo bien que me fue en el Mundial. Sé que es difícil ganar medalla, pero si no tengo ninguna, no pasa absolutamente nada».

La adaptación al nuevo peso era una de sus preocupaciones, pero poco a poco ha ido solventándola sin apuros y ha mantenido el nivel de sus mejores momentos. En el pasado Mundial de Madrid, Brigit experimentó multitud de sensaciones. Pero una de las que más alivio le provocó fue topar en cuartos de final con la thailandesa Yaowapa Boorapolchai. Era su asignatura pendiente después de caer eliminada en la primera ronda en los Juegos. En ese combate saltaron chispas. «No podía dormir, si no le hubiese ganado me habría quedado muy mal. En mi vida actué como en ese combate, nunca celebré así una victoria. Sé que mucha gente lo esperaba porque sabía que iba a ser un combate apasionante», explica Brigit sobre la pelea que resultó ser uno de los grandes motivos de conversación en el Pabellón Felipe II de la capital de España.