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Todavía no ha jugado ningún partido en las pistas de Roland Garros y Rafael Nadal ya no puede dar ni un paso sin que decenas de aficionados le persigan en busca de un autógrafo. El tenista manacorí está siendo objetivo de una persecución brutal en los días previos al comienzo del segundo Grand Slam de la temporada. Todos los medios de comunicación quieren una entrevista y todos los aficionados quieren fotografiarse junto a la nueva sensación del circuito ATP. Rafael Nadal ha pulverizado muchos récords durante su carrera deportiva, pero su racha en el curso 2005 le sitúa como favorito para ganar Roland Garros, lo que le permitiría levantar la Copa de los Mosqueteros en su primera participación, algo que sólo ha conseguido antes Mats Wilander en 1982.

Esta condición de favorito, ha provocado que todos los aficionados que se están dando cita en los días previos al inicio de Roland Garros persigan al mallorquín a cada paso que da. Sus entrenamientos son seguidos por cientos de seguidores y aunque está escoltado en cada desplazamiento que hace, los fans siempre consiguen alcanzarle. Algo parecido está viviendo Carlos Moyà, que sigue pasando gran parte del día junto a Rafael Nadal. El palmesano va a participar por décima vez en Roland Garros y sabe controlar estas circunstancias. Cada año vive lo mismo y está cubriendo su periodo de adaptación a las pistas del complejo de la Porte d'Auteuil con más tranquilidad.

A Nuri Llagostera no le persiguen los aficionados en sus traslados, y está preparando su duelo contra la japonesa Ai Sugiyama sin agobios. La de Cala Millor se encuentra encuadrada en la zona baja y por tanto no debutará hasta el martes, lo que le va a permitir contar con prácticamente una semana -llegó el pasado miércoles- para aclimatarse a las pistas y las pelotas.