TW
0

El Mallorca quiere dar el domingo el último paso, el definitivo. El equipo de Cúper llega al partido ante el Betis sin margen para el error y con la perentoria necesidad de conseguir un triunfo que certifique la permanencia. Todo lo que no sea sumar, dejaría su futuro en manos, de las matemáticas, de lo que suceda en el Villarreal-Levante. Pero el triunfo capturado en Riazor le ha dado una nueva dimensión a la trayectoria balear. Es tan simple como pasar de depender del resto de rivales, a confiar la salvación a sus propias fuerzas. En eso, el Mallorca parte con ventaja, pero en nada más. Héctor Cúper sabe que la categoría está en juego y que el Betis de Serra Ferrer no vendrá a Palma de paseo. Más bien todo lo contrario. El grupo verdiblanco necesita imperiosamente los tres puntos para inscribir su nombre en la próxima edición de la Liga de Campeones por primera vez en su historia.

Los rojillos, moribundos hace apenas un mes, parecen ahora rehabilitados, lejos de todo riesgo, después de haberle recortado 12 puntos en seis jornadas al Levante y de alcanzar la última cita fuera de las posiciones de descenso tras 31 jornadas ahí abajo. A pesar de la mejoría de las últimas jornadas, los baleares no se han manejado bien este año bajo presión en casa (ahí están las derrotas caseras ante Levante, Sevilla o Zaragoza) y por eso el vestuario ha incidido en la importancia que tendrá la grada. Es por ello que el club pondrá en marcha una serie de incentivos para que Son Moix registre el lleno que se espera en la despedida de una temporada plagada de claroscuros. Y es que la euforia se ha instalado en la SAD balear. El mallorquinismo destila el aroma de las grandes ocasiones, de partido grande. Después de pasarse casi todo el torneo en la cola del pelotón, el Mallorca divisa la última curva con ventaja y ya alza los brazos para cruzar la línea de meta. La cita del próximo domingo ante el Betis (21.00 horas, Canal Plus) está marcada en rojo en la agenda de la hinchada. Desde el club también se ha activado toda la maquinaria para que el estadio esté a la altura del encuentro y registre un lleno histórico. Se espera que más de 23.000 almas acudan al estadio del Camí dels Reis para darle al grupo balear el empujón definitivo.

La Federació de Penyes Mallorquinistes trabaja sin descanso para convertir Son Moix en una caldera. «Tiene que estar a reventar» comentaba ayer su presidente Matías Rebassa, que prepara una serie de iniciativas para antes, durante y después de un encuentro que puede desembocar en la fiesta de la permanencia. De momento, el club repartirá 15.000 palos sonoros para lograr el ambiente de las grandes citas y crear la atmósfera necesaria para sellar la permanencia por novena temporada consecutiva en la máxima categoría. El escenario ha cambiado radicalmente en la última jornada. El triunfo bermellón en Riazor y el empate en el Levante-Valencia ha situado al Mallorca fuera de las posiciones de descenso ¡8 meses después!. Desde que precisamente el Levante empujara al grupo balear a los suburbios de la Liga, allá por el mes de octubre, el Mallorca nunca había asomado la cabeza a la superficie.