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En la primavera de 1993, a falta de una jornada para la finalización de la Liga en Segunda División, su nombre acaparó todas las portadas nacionales. Pero no por ganar un título o lograr una clasificación europea. Todo lo contrario. El Mallorca sufrió en el Lluís Sitjar ante el Villarreal una derrota que le apartó bruscamente del ascenso directo a Primera División cuando el cava ya esperaba en la nevera del vestuario. Entonces, en una decisión sin precedentes, la SAD balear acordó destituir a su entrenador. Doce años después, ese mismo técnico puede precipitar la caída del equipo isleño ainfierno de la categoría de plata. Se trata, cómo no, de Llorenç Serra Ferrer (Sa Pobla, 1953) que el domingo se presenta en la Isla como finalista de la Copa del Rey y a punto de clasificar al Betis para la Liga de Campeones por primera vez en su historia...

Los caprichos del calendario han elevado el morbo de la despedida del curso. La presencia de Serra Ferrer en el banquillo rival eleva a la máxima potencia el morbo de una cita que puede dejar al Mallorca en Primera División por novena temporada consecutiva. Ebrujo de Sa Pobla, obviamente, es consciente del interés que le añade al duelo su presencia y de la catarata de suspicacias que se está generando. Serra, no obstante, mantiene la calma y no quiere entrar cuando se le pregunta por si siente algún tipo de rencor por su último día como técnico mallorquinista: «Yo paso de estas cosas. Será un partido atractivo y me gustaría que ambos equipos pudiéramos lograr nuestro objetivo y compartir la fies- ta», apuntó ayer el técnico mallorquín a este periódico. Abonado del Real Mallorca SAD, Serra se sentará por segunda vez en el banquillo visitante de Son Moix en un partido de Liga. En su debut, en la temporada 2000-01 y como entrenador del Barcelona, perdió 2-0 (Etoo e Ibagaza) ante un Mallorca dirigido por Damià Amer por la sanción de Aragonés. Su pasado mallorquinista y la importancia del choque para el Betis convierte el partido del domingo en algo especial: «Será especial por lo que mi equipo se juega y después porque enfrente tendré al equipo del que soy socio, en el que me formé como entrenador y donde tuve muchas alegrías. De todas formas, uno es profesional y como tal me debo al Betis. Pero repito que ojalá podamos celebrarlo juntos al final del encuentro».