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La posibilidad de que el Drac Inca retorne a la LEB-1 adquiere forma y se convierte en casi una realidad pendiente de simples detalles. El club de es Raiguer está muy cerca de poder cerrar de manera definitiva la operación que supondrá la permuta y la compra de la plaza que ocupaba hasta el momento el Valls, y de esta manera certificará en los despachos su regreso a la LEB-1. Después de haberse quedado a medio camino en las series de ascenso, el equipo gualdinegro buscó una alternativa para recuperar la categoría que perdió hace poco más de un año a manos del Ourense. La junta directiva estudió las posibilidades que el mercado ofrecía y el Valls reunía el perfil adecuado. El club catalán no ha contado con el apoyo de las instituciones y de un patrocinador privado, con lo que la deuda que ha acumulado puede llegar a alcanzar una cifra cercana a los 420 mil euros. A la par, en Tarragona se especuló con la posibilidad de que la venta de la plaza no llevara consigo el paso del Valls a la categoría de bronce, y con ello se pusiera punto y final a la trayectoria del primer equipo catalán.

Todo ello, y el hecho de que el Valls se encuentre en pleno proceso electoral, ha acelerado el proceso. Josep Campamà, actual presidente, pidió una semana de plazo para saber si se presenta de nuevo al cargo en la Asamblea del sábado y a día de hoy es el único candidato, con lo que se ha convertido en una figura clave dentro de las negociaciones entre ambas partes. Él es uno de los valedores de la operación, pendiente todavía de los últimos flecos, pero en sus puntos básicos perfilada.

Todo ello lleva implícita la permuta de las plazas entre Drac Inca y Valls, con lo que los tarraconenses pasarían a jugar en LEB-2 y el cuadro balear escalaría un peldaño, haciéndose con los derechos que ostentaban los tarraconenses. Desde el propio club balear se han confirmado los contactos con el Valls, a expensas de concretarse en el acuerdo definitivo que está cada vez cercano. Así, el Drac Inca gana una carrera en la que también competían otros aspirantes como el Bruesa, que podría poner sobre la mesa una cifra cercana a los 300 mil euros. Después de haber sido eliminado en la serie de cuartos de final, el Drac Inca decidió aguardar la posibilidad de poder agotar la vía del despacho para volver a militar en la categoría de plata, en la que habitó por espacio de ocho temporadas hasta que el Ourense se interpuso en su camino en un dramático play out que puso punto y seguido a un ciclo que gozará de una segunda oportunidad en la LEB-1, siempre y cuando las avanzadas negociaciones lleguen a buen puerto.