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El sueño americano de Rudy Fernández empieza a adquirir forma. Para abrir boca, el escolta mallorquín del DKV Joventut oficializó su condición de elegible para el Draft del 28 de junio, pero antes quiere saber si realmente éste es el momento de cruzar el charco. Y qué mejor manera que vivir sobre el terreno el deporte que es su pasión. Para ello, Rudy viajará mañana junto a su representante en España, Gerard Darnés, rumbo a Estados Unidos. La primera escala será Florida, donde el internacional se pondrá a punto en un centro de alto rendimiento de cara al que será su más firme test.

El hecho de que sea elegido no quiere decir, ni mucho menos, que Rudy Fernández debute en la NBA la próxima temporada. Al contrario, el mallorquín se despidió de sus compañeros de vestuario en el DKV con un «hasta luego» que deja claras sus intenciones. De hecho, su propia hermana, Marta, recordó días atrás en este mismo diario que «aún le queda mucho por aprender y debe buscar el momento más oportuno para dar el salto».

El gran objetivo de la gira de Rudy es el Pre Draft Camp de Chicago, dónde podrá saber si está a la altura del desafío y poder, de paso, escalar posiciones en las quinielas previas. Con veinte años y una serie de expectativas que asustan, Rudy espera poder conocer sus opciones, y no descarta la posibilidad de retirarse de la carrera del Draft. Tendrá tiempo hasta el 21 de junio, pero el panorama hace pensar que no lo hará. «Voy a Estados Unidos a ver qué expectativas tengo, quiero ver el nivel que hay para saber si puedo jugar allí. De paso, aprovecharé la estancia para ponerme a punto físicamente, será muy duro», admite Rudy, quien será objetivo de los general managers de las franquicias que pujan por su elección.