Apenas ha tenido tiempo para celebrar su título de Roland Garros y
Rafael Nadal ya se ha marcado otro objetivo. Piensa que hay otros
muchos jugadores que son favoritos para ganar en Londres antes que
él, pero viaja a Wimbledon con la intención de salir del tercer
Grand Slam de la temporada clasificado como el número dos de la
ATP. Ayer inició los entrenamientos para cambiar su juego y
adaptarlo a las necesidades de la hierba. Tiene una semana para
modificar su disco duro porque el próximo lunes se abre la Catedral
del tenis. Lejos de dejar que su victoria en París le nublara la
cabeza, Rafael Nadal ha hecho una lectura crítica de su triunfo.
«He ganado prácticamente todos los partidos que he jugado en la
primera parte de la temporada, la más favorable para mi juego, y
terminé Roland Garros empatado a puntos con Federer. Por el momento
pensar en el número uno es inviable. Federer juega en otra
liga».
Decir que Roger Federer es el actual número uno del mundo no es
tirar la toalla. Por el momento lo único que significa es que el
jugador balear no ha perdido la perspectiva. Tampoco quiere decir
que vaya a conformarse con lo que ha conseguido. Rafael Nadal sigue
siendo ambicioso, pero prefiere ir paso a paso. Sabe que cubre las
etapas muy rápido, pero no quiere perderse ninguna. Ahora que está
instalado en el número tres del ránking ya se ha marcado una nueva
meta: «sería bonito salir de Wimbledon como el número dos de la
ATP». El manacorí ya ha hecho los números. «Si Hewitt no llega a
cuartos y Roddick no gana el torneo saldré como el dos aunque yo
pierda en primera ronda. además, como no jugue el año pasado todos
los partidos que gane me suman, por lo que pienso que puede ser
factible conseguirlo». Rafael Nadal sabe que para conseguir un buen
resultado en Wimbledon tiene que cambiar su juego por completo y
ayer comenzó su metamorfosis. En el Robinson de Cala d'Or, sobre
una superficie de césped artificial, comenzó su adaptación a la
hierba. Por lo visto en el entrenamiento parece claro que el Nadal
que veremos en Wimbledon no tendrá nada que ver con el campeón de
Roland Garros. Más allá de que va a vestir de blanco riguroso
-blanco, aunque con camiseta sin mangas y pantalones piratas-, el
manacorí va a mostrarse mucho más agresivo. Variará el saque
potente con su saque cortado, especialmente al lado del revés.
Buscará puntos ganadores desde el fondo de la pista y subirá con
mucha más frecuencia a la red. En la sesión de ayer se pasó una
parte importante del entrenamiento practicando la volea y sus
sensaciones son positivas.
«No es lo mismo que una pista de hierba, pero entrenar en este
tipo de pistas (césped artificial) me va a permitir comenzar la
adaptación. La pelota casi no bota y la velocidad es más alta. He
cambiado las empuñaduras (la manera de coger la raqueta). Son los
primeros pasos, pero el miércoles -por mañana- me voy a Wimbledon
para entrenar desde el jueves allí». Rafael Nadal saldrá como
cabeza de serie, lo que a priori le va a permitir esquivar a los
rivales más peligrosos hasta las rondas finales. De todos modos, el
tenista manacorí no termina de fiarse de esta teórica ventaja.
«Sería mejor jugar contra algún especialista en tierra que salga
como cabeza de serie, que con alguno de los jugadores que están por
detrás en el ránking y están más acostumbrados a jugar en hierba.
El sorteo será una de las claves porque habrá tenistas muy
peligrosos en el bombo. Yo no quiero ponerme metas. Voy a ir a
aprender y a ganar el máximo de partidos posibles». Ayer la
organización de Wimbledon hizo oficial la baja de Carlos Moyà
debido a las molestias que arrastra en el hombro derecho. El
mallorquín comenzará a entrenar mañana en tierra.
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