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Efe|LONDRES
El vigente campeón y máximo favorito, el suizo Roger Federer, presentó sus armas en la sesión de apertura de Wimbledon y arrolló a su primer adversario en el camino hacia la conquista de su tercer título seguido, el francés Paul Herni Mathieu, al que venció en tres sets (6-4, 6-2 y 6-4). La raqueta helvética selló ante el galo su trigésimo partido consecutivo con triunfo sobre la superficie de hierba. Y lo hizo de forma incontestable, con alardes de campeón. El tenista de Basilea, que afronta como reto el hecho de igualar al estadounidense Pete Sampras, el último que ha ganado Wimbledon tres años seguidos, solventó el compromiso en hora y media.

El jugador de Estrasburgo, además, no es un desconocido en el circuito. Llegó a ser el 36 tenista del mundo en el 2002, cuando logró los dos torneos que adornan su palmarés (Lyon y Moscú). Pero el campeón no encontró rival en Mathieu, que en ningún caso pudo quebrar el saque de Federer, que sobrepasó el duelo sin sobresaltos. Igual que la otra ocasión en la que se enfrentaron. La única hasta ahora, en el Masters Series de Roma del 2003, donde el suizo ganó por 6-3 y 7-5. El número uno del mundo, que mantuvo la solvencia que le caracteriza con un sólido servicio y una aparente facilidad para restar el de su rival, se enfrentará al checo Ivo Minar, que derrotó a su compatriota Michal Tabara por un triple 6-4. Lleyton Hewitt, una de las alternativas al dominio de Federer, evidenció ayer que ha dejado atrás las lesiones que le impidieron competir en París y corroboró sus ganas de victoria tras imponerse al belga Christophe Rochus por 6-3, 6-3 y 6-1. La falta de partidos se había convertido en un serio revés para afrontar la nueva edición de Wimbledon, ya que el «aussie» sólo había disputado un torneo desde marzo debido a una operación en el pie y una caída en la que se fracturó dos costillas.

Aquel contratiempo le impidió también competir en Roland Garros, aunque Hewitt, resignado, se consuela argumentando que aquello estaba «fuera de su control», aunque le «decepcionó mucho». Esta mala racha parece superada. El de Adelaida, campeón en el 2002 en Wimbledon y finalista en el Abierto de Australia esta temporada, se tranquilizó en el All England Club, al asegurar que se encuentra bien «tanto a nivel físico, como mental». «La lesión de las costillas no me han afectado tanto. Pero en cada partido tienes que mejorar. No hay duda de eso», comentó Hewitt.