Promesa cumplida

El sol y las altas temperaturas no hicieron acto de presencia hasta bien entrada la mañana, lo que facilitó que los primeros en llegar al monasterio apenas tardasen dos horas y media. Una torcedura de tobillo, que fue atendida por la ambulancia que acompañaba a los aficionados, fue el único incidente que se registró en una subida muy animada. El comentario generalizado de todos cuantos tomaron parte de la iniciativa de la Federación de Peñas Mallorquinistas era el deseo de volver a Lluc, pero a poder ser para disfrutar de un buen día como el de ayer sin tener que pasar todo el sufrimiento que los seguidores rojillos han vivido a lo largo de la temporada 2004-05, en la que los peñistas y los seguidores bermellones jugaron un papel muy destacado en las últimas jornadas de campeonato.

Después de un breve periodo de descanso, más hinchas ataviados con la indumentaria rojilla se unieron a la expedición, que participó de una misa multitudinaria que culminó con la ofrenda a la Virgen de una bandera del Real Mallorca, un momento que sin duda resultó el más emotivo de cuantos se vivieron ayer. La vicepresidenta del Consell de Mallorca, Dolça Mulet; la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer y el responsable de protección del menor del Govern, Gaspar Rullán, fueron los responsables institucionales que acompañaron a los mallorquinistas en una cita a la que no faltaron el presidente Vicenç Grande, el vicepresidente Miquel Vaquer, la integrante del Consejo de Administración rojillo Marilena Ordinas, el gerente Pedro Terrassa y el portavoz del club Pau Nadal.