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Miguel Pascual|PARÍS
París se sabe favorita para obtener los Juegos Olímpicos de 2012, tiene plena confianza en su proyecto y trata de curar con dosis de humildad los síntomas de un exceso de confianza, aunque siente muy cerca el aliento de Madrid y Londres.

«Nuestro potencial punto débil es relajarnos, no luchar hasta el final, no intentar probar que somos la buena elección para 2012», indicó el director general de la candidatura, Philippe Baudillon.

París combate ese peligro con continuas declaraciones que insisten en que la carrera olímpica no está ganada y que Madrid, Londres, Nueva York y Moscú son también «excelentes candidatas». Pero la humildad con la que viajan contrasta con la mal disimulada euforia que reina en el equipo.

La fiesta para celebrar la obtención de los Juegos está ya preparada en diversos puntos del país. Las fuentes de París han sido equipadas para lanzar confeti en caso de victoria y una campaña de carteles está lista para invadir la ciudad con un único mensaje: «Gracias». El Tour de Francia también tiene previsto celebrar el eventual triunfo de París.

Todo el mundo les señala como favoritos y de que su informe ha sido muy alabado por la Comisión de Evaluación del COI.

Además, el compromiso parece mayor que hace cuatro años, cuando París perdió los Juegos contra Pekín, que en 2008 tomará el relevo de Atenas. Para defender la candidatura francesa acudirá a Singapur el presidente, Jacques Chirac, mientras que en 2002 la máxima autoridad política fue el primer ministro.

La presencia del jefe del Estado galo en el momento en el que tomarán partido los últimos electores indecisos marca el compromiso al más alto nivel que quiere poner París en esta carrera olímpica. París ha propuesto al COI unos Juegos «compactos», en los que no hay grandes instalaciones que construir y todas ellas tienen ya una utilidad post-olímpica.