Thomas Berdych probó ayer la condición humana de Rafael Nadal al
superarlo en un duelo apasionante en la primera ronda del Masters
Series de Cincinnatti (6-7, 6-2 y 7-6) tras cerca de tres horas de
partido. Y es que el joven jugador checo sacó a relucir todo su
potencial para acaba con la racha de dieciséis victorias
consecutivas del tenista mallorquín, que llegó a disponer de tres
bolas de partido pese a ver lastrada su actuación por el cansancio
acumulado.
Bastaba ver la cara del manacorí, que regresa a Mallorca para
preparar el US Open, para comprobar que el de ayer era un partido
muy duro y en el que no lograba conectar los golpes ganadores que
acompañan su juego. Gran parte de culpa, además de los kilómetros
que acumulan las piernas de Rafael Nadal, fue del servicio y la
derecha de un Berdych que se ganó los elogios del mallorquín al
final del encuentro: «Es un gran jugador para encontrarse con él en
primer ronda y seguramente es potencialmente un tenista que dentro
de poco estará dentro del top ten».
El mallorquín, que llegó al estado de Ohio después de
adjudicarse el Masters Series de Montreal en una semana en la que
arrastró molestias en el hombro, necesitó las asistencias por
problemas musculares en ambas piernas, pero nunca le perdió la cara
a un partido que arrancó favorable a sus intereses al adjudicarse
el primer set.
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