Petacchi vuelve a exhibirse

Petacchi sigue encantado por las llanuras manchegas, que no le ofrecen más que victorias y satisfacciones. Ni el calor ni la embestida masiva de todos sus rivales le hacen doblar la rodilla. En la villa de Argamasilla, cervantina por los cuatro costados, firmó el italiano su decimocuarta victoria en la Vuelta, además en un final inédito en la jornada más larga.

A 64 kms/hora alzó los brazos el líder del Fassa Bortolo, en medio de un bosque de bicicletas muy cercanas, un esprint anárquico donde la figura blanquiazul del magnífico Alessandro emergió a última hora. Con un tiempo de 5h.41.29 relegó en esta ocasión al noruego Hushovd y al alemán Erik Zabel. El belga Boonen no entró en la pelea cuerpo a cuerpo.

Otra jornada con descarga de fuego a plomo sobre las sufridas espaldas de los corredores, que celebraban que había hecho «algo menos de calor», pero sin bajar casi nunca de los 40 grados. Otro día de liderato para el aventurero austral Bradley McGee (Francaise), cuyas peleas propias, y las de su equipo, se limitan a reducir el tiempo de los escapados a cotas razonables para que no peligre el jersey oro.

Así salió airoso por segunda vez con las diferencias intactas, 32 segundos, respecto al italiano Bertagnolli (Cofidis) y 39 respecto al español Antonio Flecha, segundo y tercero respectivamente. Joaquín Rodríguez (Saunier), líder de la montaña, es cuarto a 41 segundos.

Hasta el momento de poner en juego la etapa, no faltaron los voluntarios en busca de hazañas, aquellos anónimos que salen disparados para emanciparse del pelotón. En este apartado el día fue muy francés, ya que fueron los galos Edaleine, Finot y Joly, los que más tiempo estuvieron «chupando» cámara. Formaron cuarteto en fuga con el veterano holandés Van Bon en el km 22 y luego se quedaron solos en el 144 con el hundimiento del corredor del Davitamon.

La fuga llegó a tener 13 minutos de ventaja, pero con el maratón que tenía por delante y las ganas de esprint que destilaban los equipos de los velocistas, el sueño se esfumó en el km 186. A partir de ese momento y con un viento mínimo se partió el grupo en tres partes.

Beloki y Mayo
Atrás quedaron despistados Beloki y Mayo, pero todo quedó en un susto. Eolo no sopló lo suficiente como para hundir a nadie. Ni a Quique Gutiérrez, que salió con una costilla rota, ni a su hermano José Igncio, que sufrió una caída siguiendo la tradición familiar.

Después de un intento fallido del español Luis Pasamontes (Relax), que despegó junto al alemán Schmidt y el luxemburgués Joachim, la fiesta empezó a falta de 10 kms, con la música a cargo del Fassa.

Esto significa ritmo frenético y táctica conocida por todos, aunque no por ello menos efectiva. Con Petacchi lanzado y algún que otro desajuste porque los preparadores se apartaron antes de tiempo llegó el momento más vibrante de la etapa. El jefe quedó descolocado y sus rivales se vinieron arriba. Pero todo fue un espejismo. Apareció Alessandro, remontando, para seguir sumando.

Muy cerca de la cueva de Medrano, donde Cervantes estuvo preso y comenzó la inmortal obra del Quijote, Petacchi amplió su historia como el ser humano más rápido encima de una bicicleta. Sus «sanchos» no respondieron como otras veces, pero el caballero sí.

Alessandro Petacchi, señaló que su victoria se produjo con más dificultad de la prevista, ya que tuvo que remontar después de quedar descolocado en la recta de llegada. «Mis compañeros se apartaron antes de tiempo y a falta de 200 metros me pasó Steels y me desconcertó, pero pude salir y remontar», explicó.

Petacchi aseguró que se encontró mejor que en la etapa anterior. «Estaba mentalmente fuerte porque gané ayer y con confianza. Ha sido la etapa más larga, pero la anterior fue corta y más complicada por el calor. Hoy no salí el primero pero me dio tiempo a remontar», dijo.

Sobre su condición de favorito para el Mundial de Madrid tras sus dos etapas en la Vuelta señaló. «Esto no quiere decir que sea el favorito porque falta un mes y aún tengo que trabajar. Ya se que soy fuerte al esprint, pero estoy aquí para entrenarme».