Las alarmas se activaron la noche del martes, cuando Prats
empezó a sentirse indispuesto como consecuencia de sus problemas
estomacales. El meta mallorquín puso el caso en conocimiento del
médico de la expedición y éste le diagnosticó los medicamentos
necesarios para que se recuperase, pero tras tener superar una mala
noche, el jugador no tenía las fuerzas necesarias para saltar al
terreno de juego con las máximas garantías y Cúper le dió de nuevo
el mando a Moyà. Sin embargo, existía en el club balear una
preocupación evidente, ya que cualquier otro imprevisto que hubiera
podido surgir a lo largo del partido con el de Binissalem hubiera
dejado al equipo en una situación precaria.
En cualquier caso, la mala suerte parece haberse apoderado de la
portería rojilla, que está viviendo una temporada llena de
decepciones. Tras el error de Moyà en Barcelona, todo hacía prever
que Prats iba a ser el inquilino del arco bermellón, pero el
protagonismo degabellí resultaba efímero y le tocaba al
internacional sub'21 custodiar la puerta balear en Getafe.
Inesperado
Era una titularidad inesperada y quizá por eso a Moyà volvieron a
traicionarle los nervios y el delicado estado de su autoestima. El
de Binissalem erró en el único tanto de los madrileños, pero
después supo reponerse del fallo y fue también el autor de algunas
intervenciones de mérito que evitaron que la ventaja de los locales
fuera creciendo.
El año pasado y en ese mismo estadio, Moyà se había erigido en
uno de los protagonistas del encuentro y fue uno de los artífices
del que fue el primer triunfo del Mallorca fuera de su terreno de
juego (1-2). Sus intervenciones fueron claves para el equipo y
salvó dos puntos de oro en el último suspiro.
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