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LLANERA MENORCA BÀSQUET 104
LAGUN ARO BILBAO 76

LLANERA MENORCA (25+25+26+28): Reynés (9), Moss (17), Stojic (6), Eley (18), Krstic (17) -cinco inicial-, Yáñez (11), Camps (2), A.Miguel (8), Stimac (11) y Sabaté (5).

29/43 en tiros de dos, 10/21 en triples y 16/19 en tiros libres. 30 rebotes (22 en defensa y 8 en ataque) y 18 faltas personales.

LAGUN ARO BILBAO (21+15+16+24): Koljevic (4), Scott (10), Panko (11), Savovic (12), Banic (12) -cinco inicial-, Rubén Quintana (4), Montáñez (4), Cabeza (8) y Salgado (11).

22/40 en tiros de dos, 6/16 en triples y 14/20 en tiros libres. 21 rebotes (15 en defensa y 6 en ataque) y 18 faltas personales.

Parciales: 25-21, 50-36 (descanso), 76-52 y 104-76 (final).

Àrbitros: Fernández, Alzuria y Perea. Sin eliminados.

Incidencias: Unas 600 personas se dieron cita en el Palau de Son Moix para presenciar la tercera jornada del Ciutat de Palma.

Xisco Cruz

El Llanera Menorca se dio un festín en la última entrega del Ciutat de Palma. Amparado en el talento para el tiro de Krstic, en el físico de Chris Moss y en la solvencia de Eley en el poste bajo, el grupo de Curro Segura sometió al Lagun Aro. Con una tarjeta sobresaliente en ataque y una defensa que siempre manipuló a Scott y Panko, el equipo de Maó firmó un partido espectacular y se dio un atracón tras el descanso, justo cuando el Bilbao empezó a pagar los excesos físicos del fin de semana. No hizo falta siquiera ver al mejor Reynés, ni la versión más atrevida de Stojic. El Llanera tuvo suficiente con echar mano de su banquillo para atizarle a los de Txus Vidorreta, que notaron en exceso la falta de rotación en su juego interior (104-76).

Dijo Segura al final de la cita que la diferencia en el marcador no se ajusta a lo que separa a Menorca y Bilbao. Y tal vez tenga razón. Los vascos se presentaron sin Weis y Majstorovic, dos de sus refuerzos para la pintura. Eso les debilitó, porque además, no hubo noticias de Scott. Pero también es cierto que da la sensación de que el Llanera ha dejado pocas cosas a la improvisación. A estas alturas se atisba un equipo notable, que crece. Si el viernes era el día de Tisi, el domingo fue el de Krstic. O el de Moss, cada uno en su parcela.

El croata, lastrado por las faltas ante el Manresa, se arremangó y se metió el partido en la mochila. Tenía algo que demostrar, y lo hizo con un guiño a la estadística: 7 puntos y 3 rebotes en el primer cuarto. Mientras, Moss andaba buscando su sitio. Y lo encontró cuando el choque estaba en el filo, allá por el tercer cuarto. O se fracturaba o se igualaba, y el americano lo reventó. Fueron dos de los iconos del encuentro, pero hubo más. Nacho Yáñez estuvo inmenso, penetrando, dividiendo, sacándole punta a su juego exterior. O Stimac, siempre fiable cuando el partido se empina.