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PALMA AQUA MÀGICA7 77
POLARIS WORLD MURCIA7 75

PALMA AQUA MÀGICA (15+22+15+15+10): Robert Battle (12), Juanma Ruiz (11), Santi Toledo (10), Xavi Vallmajó (7), Stevie Johnson (13), -cinco inicial- Raúl Mena (3), Israel Pampín (2), Josep Pacreu (5) y Shalawn Miller (14).

22 de 48 en tiros de dos puntos, 7 de 25 en triples y 12 de 22 en tiros libres. 43 rebotes (25 defensivos y 18 ofensivos) y 19 faltas personales.

POLARIS WORLD MURCIA (13+14+18+22+8): Keith Waleskowski (18), Xavier Sánchez (7), Howard Brown (7), Pedro Llompart (18), Walter Sellers (10), -cinco inicial- Juanjo Triguero (0), Pedro Robles (2), Perico Sala (0), Quique Bárcenas (0), Pedro Fernández (2) y Sergio Pérez (11).

21 de 49 en tiros de dos puntos, 9 de 23 en triples y 6 de 9 en tiros libres. 34 rebotes (24 defensivos y 10 ofensivos) y 20 faltas personales.

Àrbitros:Feixa y Sánchez (Cataluña). Sin eliminados.

Fernando Fernández

La magia del Palau se trasladó a la pista y contagió a una hinchada que volvió a responder a la llamada del proyecto con sede en Son Moix. El Palma Aqua Mágica se hace grande (77-75), y lo hace a costa de todo un histórico. El Polaris World Murcia de Manel Comas fue siempre a remolque, pero la defensa zonal imprimida por esheriff en la recta final de la contienda y la irrupción en la estadística del base mallorquín Pedro Llompart -14 puntos en el último cuarto- llevaron al partido a una prórroga que se desequilibró gracias al temple de un Robert Battle que se destapó desde la línea de tiros libres para sumar la cuarta victoria del grupo de Doce y prolongar un liderato que comparten con el Baloncesto León, su próxima estación (domingo, 19:30 horas).

De salida, el Aqua Mágica marcó el ritmo a seguir y con un amplio manual defensivo, firmaron un 13-2 que provocaba las primeras tensiones en el banquillo murciano. Comas reaccionó y sobre el parqué se notó el cambio. Un 0-7 y un Sellers fino metían de lleno en el choque al Polaris Worls, que no era consciente de lo que se le avecinaba. Y es que bastó que Robert Battle apareciera en escena para acabar de intimidar a un rival incapaz de creer lo que le estaba pasando.