TW
0

Aunque no había intervenido en ningún acto público desde que abandonó la presidencia del Mallorca, hace ya cinco meses, Mateu Alemany sigue generando expectación cada vez que se sube a la tribuna de oradores. El ex dirigente bermellón volvió a ponerse ayer frente a un micrófono y pese a que su aparición poco o nada tuvo que ver con las que había protagonizado durante los últimos años, volvió a referirse a su actividad como máximo mandatario del club bermellón y firmó alguna que otra sentencia interesante en relación al que sigue siendo el club de su vida. Alemany se posicionó frente al salón de actos del edificio Gaspar de Jovellanos de la Universitat de les Illes Balears (UIB) con la intención de desgranar algunos de los puntos que vertebran el balompié actual en una ponencia titulada «Organización y dirección de un club de fútbol profesional», que se incluía en el ciclo de conferencias «Trayectorias empresariales». Flanqueado por Toni Bennàssar y por el psiquiatra y profesor de la UIB, Miquel Roca, el consejero de la SAD isleña abrió su intervención pidiendo disculpas por su «falta de entrenamiento» en los parlamentos públicos y empezó a exponer su visión del panorama futbolístico, siempre bajo un prisma empresarial, ante la atenta mirada de su sucesor en la poltrona de Son Moix, Vicenç Grande y del que fuera su vicepresidente Vicenç Rotger. Las palabras más significativas de la conferencia fueron precisamente para el máximo accionista, sobre el que Alemany fue rotundo: «Lo dije en su momento y lo vuelvo a decir ahora. Grande será el mejor presidente de la historia porque liderará el segundo paso, que es el de la consolidación defendida desde la propiedad».

Alemany había asegurado que las referencias al Mallorca iban a ser mínimas, pero a su vez éstas eran también inevitables y recurrió a la situación del primer equipo rojillo para ilustrar los estados de ánimo que se derivan del deporte rey: «Hoy -ayer- vemos el futuro mejor que nunca porque ayer se ganó, pero hace quince días había una crisis terrible». Dentro de su catálogo de explicaciones el máximo responsable de la nueva comisión deportiva del Mallorca destacó que la única manera de evaluar la actuaciones de los gestores de la entidad es mirar hacia el futuro: «Para valorar el resultado de la gestión es necesario hacerlo a largo plazo. El fútbol tiene mucho que ver con la producción agraria en el sentido de que los resultados se ven a los cinco años. Al que está al frente se le tiene que dar el margen suficiente de confianza porque su responsabilidad está sujeta a una serie de elementos incontrolados», advertía. «Se tiene que ofrecer un producto a un público y a mayor flexibilidad, mejor resultado final».

El consejero mallorquinista justificó también los temores del club ante una posible pérdida de categoría y alertó de que «el descenso está prohibido para cualquier empresa, pero tal y como está montada la competición siempre habrá tres equipos que no puedan cubrir ese objetivo. No es la quiebra, pero es un golpe económico enorme y a veces ya no se resuelve». Alemany tampoco pasó por alto las dificultades que debe padecer el gestor durante su estancia en la planta noble y añadió que «la decisión más complicada en el terreno deportivo es elegir al entrenador de la primera plantilla y probablemente la segunda sea cesarlo».