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El Mallorca reanudará esta tarde su incursión por el campeonato de Liga en otro partido propicio para tomar impulso. El equipo balear visita el centro de operaciones del Espanyol con las baterías totalmente cargadas después de quince días de sosiego y lo hace con la intención de desmarcarse definitivamente de la lucha por la supervivencia. Los hombres de Héctor Cúper han reforzado notablemente su estado de ánimo gracias a la eficacia expuesta en sus últimas actuaciones, pero deben ratificar los avances conseguidos ante un rival de su mismo perfil para seguir respirando sin dificultad (Estadio Olímpico de Montjuïc, PPV, 17.00 horas).

Las últimas tres jornadas han suavizado la perspectiva del torneo y han trasladado la calma al seno del conjunto isleño de manera momentánea, ya que el Mallorca inicia en Barcelona un periplo por los suburbios de la Liga que puede acarrearle una serie de efectos secundarios muy dispares.

En su primera escala, la formación isleña pretende aprovecharse del delicado estado de su salud de su oponente, que se encuentra maniatado por la ansiedad desde que el curso levantara la persiana. Después de una campaña excelente, los periquitos han vuelto a interpretar su versión más pobre y están metidos en un laberinto muy similar al que le había dado cobijo al Mallorca en los últimos tiempos. Teniendo en cuenta que el trabajo de Lotina se encuentra ya bajo sospecha, se prevé un partido cargado de tensión y respeto, ya que el más mínimo gazapo podría precipitar el guión preestablecido o provocar un cortocircuito en cualquiera de los dos bandos.

El Mallorca va a recuperar su once talismán con la misión de seguir engordando su cuenta corriente. Pese a las bajas que sigue arrastrando, Cúper va a poder alinear a su formación más competitiva, la que más dividendos le ha reportado. El de Chabas recupera a Fernando Navarro para taponar el carril izquierdo de la defensa y volverá a echar mano de Borja Fernández para que acompañe a Cristiano Doni en el círculo central. El gallego, que había desaparecido del once inicial en las últimas funciones, regresa para cubrir la baja de Guillermo Pereyra, que se ha quedado en Palma para cumplir el partido de sanción que le fue impuesto tras su expulsión en el Ramón de Carranza. Esas serán las dos únicas novedades de un equipo que ha cosechado siete de los últimos nueve puntos en liza.

El técnico en cambio, podría encontrarse con una avalancha de problemas si surge algún imprevisto en la línea defensiva. Cúper tiene bien cubierto los flancos, pero sólo dispone de Potenza y Iuliano para vigilar el centro de la zaga y en caso de que aparezca alguna grieta será necesario improvisar a base de reconversiones. A pesar del hueco que han abierto las bajas por lesión de Tuzzio y Ballesteros, Cúper desechó finalmente la posibilidad de convocar a ningún canterano y afrontará la cita a pecho descubierto, con el riesgo que eso conlleva. El argentino ha citado a todos los jugadores alineables de la primera plantilla (19) y deberá realizar un descarte poco antes del encuentro.

Aunque el objetivo prioritario es la victoria, la premisa básica consiste en volver esta noche a Palma con algún punto en la maleta. En las últimas cuatro temporadas el viaje de vuelta ha sido siempre doloroso y hay que remontarse a la temporada 2000-02 para dar con el triunfo más reciente en el Olímpico de Montjuic. Desde entonces, todo han sido lamentos en la montaña mágica barcelonesa.

El Espanyol por su parte, cumplirá con el papel de anfitrión en medio de una presión agobiante que le obliga a firmar un buen resultado. Aunque sus registros están aún a tiro de piedra de los del Mallorca, la situación en el club blanquiazul empieza a ser delicada y un paso en falso frente a un rival directo podría dejar sobre el precipicio a su técnico, que en un par de meses ha dilapidado casi todo el crédito que había reunido clasificando al equipo para la Copa de la UEFA.

No en vano, los periquitos circulan por el tramo más empinado del torneo en una situación precaria, la peor desde que Lotina ocupa el banquillo catalán. Los españolistas amontonan ocho jornadas consecutivas sin lograr el triunfo y sólo han sido capaces de sumar tres puntos en estos partidos.

Otro de los puntos calientes es el flojo rendimiento del equipo en su propio terreno de juego, que la temporada pasada fue un auténtico fortín. En el recinto olímpico los barceloneses sólo han conseguido una victoria, ante el Real Madrid (1-0) y han doblado la rodilla en tres de los cinco partidos disputados.

Para hoy, Lotina ha decidido dar carpetazo a su sistema de cinco defensas y volverá a apostar por el habitual 4-2-3-1 para plantarle cara al Mallorca y afirma que el equipo se siente más seguro con este planteamiento.

La principal novedad en la alineación será la presencia de Moisés Hurtado en el lateral derecho en detrimento de Dani Jarque, que fue titular ante el Athletic de Bilbao en esa demarcación, y que esta tarde formará en el eje de la defensa. Quien estará también en el once inicial es Alberto Lopo. El central se ha recuperado de las molestias que arrastraba en su gemelo izquierdo desde el entrenamiento del pasado miércoles. Por el contrario, Mauricio Pochettino se ha quedado fuera de la lista de convocados por problemas físicos, mientras que vuelve el brasileño Costa y debuta en una convocatoria el central del filial, Miquel Robusté. Los principales argumentos ofensivos del Espanyol serán De la Peña, los ex mallorquinistas Riera y Luis García y Raúl Tamudo, que aún no se ha estrenado esta temporada como goleador.