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Efe|LONDRES
El piloto británico Richard Burns, campeón del mundo de rallys en 2001, falleció ayer a los 34 años debido a un astrocitoma, un tumor cerebral que le fue diagnosticado hace dos años. Burns, que llevaba en coma los últimos días, murió el viernes rodeado de su familia y amigos. El piloto había sido sometido a tratamientos de quimioterapia y radioterapia y también sufrió una intervención quirúrgica, que no impidieron el trágico desenlace.

Su muerte fue dada a conocer ayer a través de un comunicado de la familia, en el que se señala: «Desde el inicio de su enfermedad, Richard sabía que sería muy difícil. Afrontó la situación con bravura y buen humor. Después de la quimioterapia y radioterapia, en verano de 2004, ya no pudo abandonar el hospital. Durante breves momentos su estado de salud parecía haber mejorado un poco, pero seis meses más tarde volvió a empeorar».

«El milagro no se ha producido y Richard cayó en coma», concluye el comunicado. En noviembre de 2004, Burns anunció su retirada de la competición tras serle diagnosticada la enfermedad. Su última carrera había sido en 2003, cuando aún encabezaba las posiciones en el campeonato mundial de rally. Poco después, fue obligado por los médicos a abandonar las carreras después de desmayarse al volante en un viaje a Gales, donde debía participar de una prueba automovilística.