El mánager del United lideró la delegación de su club, que
incluía a David Gill y Ole Gunnar Solskjaer, los cuales asistieron
al oficio religioso en los edificios del Parlamento de Stormont,
donde asistieron trescientas personas, entre las que había varios
representantes del gobierno, de diferentes organizaciones
deportivas y de partidos políticos, así como de la policía.
Varias decenas de miles de personas completaron la ruta hacia
los edificios del Parlamento, aplaudiendo al paso del féretro,
mientras que la ceremonia fue seguida por unas 30.000 personas, que
lo vieron a través de grandes pantallas de televisión que se
colocaron fuera del recinto. Después del evento, la procesión se
dirigió hacia un entierro privado en Roselawn.
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