Alrededor de tres mil personas se reunieron ayer en el Palau d'Esports de Son Moix para presenciar el duelo entre Moyà y Nadal.

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Pocas veces tuvo tanto sentido la frase «lo importante es participar». Especialmente cuando afecta a dos tipos tan competitivos como Carlos Moyà y Rafael Nadal. Los dos tenistas mallorquines se midieron ayer en Son Moix ante cerca de tres mil personas en un encuentro benéfico llamado «El último partido del año. Moyà-Nadal contra el hambre» que sirvió para recaudar fondos para «Proyecto Hombre Balears» y la «Fundación Vicente Ferrer». El choque se saldó con victoria para Moyà por 9-6.

Alrededor de tres mil personas acudieron ayer a Son Moix para presenciar el partido entre Moyà y Nadal. Para acceder al Palau había que hacer un donativo de 10 euros y los asistentes podían elegir entre una camiseta conmemorativa o cinco llaveros con una mini pelota de tenis. La cantidad todavía creció más ya que se podían hacer aportaciones a través de una línea telefónica.

Deportivamente, el partido se movió en los términos esperados. Los dos jugadores se encuentran todavía en periodo de pretemporada -Moyà más rodado que Nadal- y además el manacorí acaba de salir de una lesión y no pudo realizar excesos con su tobillo izquierdo.

El partido comenzó como le gusta a Nadal. Emanacorí ganó el sorteo y elegió restar. Rompió el saque de Moyà en el primer juego, aunque el palmesano no tardó demasiado en imponer su mayor rodaje. Carlos se encuentra prácticamente a su mejor nivel ya que el 2 de enero comenzará a competir y tomó el mando del encuentro. Devolvió el break en el segundo juego (1-1) y cobró ventaja definitivamente en el sexto juego (4-2 y saque).

Desposeído de una de sus mejores armas, la lucha, Rafael Nadal entendió que era muy difícil ganar ese partido y buscó los puntos espectaculares para intentar divertir a los tres mil espectadores. Al comienzo del décimo juego (iban 6-3, pero el partido se jugó a un set de nueve juegos) Moyà subió a la red y realizó una buena dejada a bote pronto. El manacorí consiguió alcanzarla, pero el palmesano que la alargó al fondo de la pista. Rafael intentó el passing con una «pepsi» (golpear la bola por debajo de las piernas), pero la pelota chocó contra la red. En el desenlace Nadal reaccionó (7-6), pero Moyà sentenció (9-6).