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L'Hospitalet (11 de noviembre, 76-63); Tarragona, (25 de noviembre, 80-62); Gijón (4 de diciembre, 83-62); Calpe (14 de diciembre, 74-71); y San Sebastián (13 de enero, 73-65) fueron los responsables directos del ciclo negativo de cinco derrotas consecutivas del Palma Aqua Mágica lejos del Palau d'Esports de Son Moix. Todo lo contrario que cuando juegan en Ciutat, donde todavía siguen invictos.

En la plantilla hay diversidad de opiniones sobre qué les ocurre lejos del Palau. Israel Pampín es de los que piensa que a los equipos de arriba les está costando vencer en pista contraria. «Ganar fuera de casa se está poniendo caro. Ha habido partidos en los que no estuvimos como Tarragona o Gijón, no es el caso del Bruesa, donde tuvimos opciones hasta el final. Hay que intentar ganar como sea el próximo fuera de casa», comenta. Según Pampín, el quid de la cuestión está en apretar más los dientes en defensa. «Hay que intentar ser más duros. El otro día fuimos un poco permisivos en el tercer cuarto, y eso, junto a los árbitros, que se lo permitieron todo al Bruesa, nos perjudicó», resalta.

Xavi Vallmajó no encuentra cuál puede ser la esencia del problema lejos de Ciutat. «No sé. En esta liga hay muchas cosas sin explicación y es una de ellas. Salimos pocos concentrados, sin la intensidad que tenemos en casa, pero también es cierto que le pasa a muchos equipos», apunta. El base catalán manifiesta que de estos cinco tropiezos, dos de ellos (Calpe y Bruesa) se fueron del encuentro a base de defensas duras. «En estos dos últimos, ellos salen con mucha intensidad y nos sacan del partido a base de leches y en lugar de reaccionar y jugar con más intensidad, nos encogemos y eso hace que te desquicien».