El Real Mallorca va a darle esta tarde una nueva vuelta de
tuerca al campeonato en uno de esos encuentros de pronóstico
incierto que pueblan el calendario. El conjunto que dirige Héctor
Cúper examina la cuestionada fiabilidad de su proyecto frente a uno
de los grandes del torneo y aunque la última jornada le ha colocado
en una situación angustiosa, visita La Coruña con la intención de
aprovechar su teórica debilidad para dar un paso al frente que le
aclare el futuro. Los rojillos se miden al Deportivo en uno de los
estadios en los que más cómodos se sienten, pero van a tener que
hacer frente a una dosis de presión extraordinaria. La necesidad de
aliviar la crisis abierta es ya demasiado evidente, ya que el
equipo viene de conectar cinco actuaciones decepcionantes y la
reacción empieza a ser indispensable (Riazor, PPV, 17.00
horas).
El Mallorca llegó en la tarde de ayer a tierras gallegas con el
ánimo renovado, aunque más por el lavado de cara que ha sufrido el
vestuario que por la trayectoria seguida por el grupo en los
últimos tiempos. Teniendo en cuenta los últimos resultados y la
nula progresión del colectivo, Cúper ha optado por aplicar el
bisturí en el seno de su pizarra y va reordenar sus planteamientos
dándole un toque de aire fresco al once inicial. Por primera vez en
mucho tiempo, el de Chabas tiene a su disposición a todo el plantel
a excepción de Leonardo Pisculichi -el argentino sufre una
contusión muscular con hematoma en el gemelo que le tendrá apartado
del equipo al menos dos semanas- y podrá renovar el dibujo sobre el
césped de Riazor con algunos cambios significativos. En este
sentido, las novedades más importantes afectan a la defensa, donde
las altas de Eduardo Tuzzio y José Carlos Nunes ampliarán el margen
de maniobra del técnico de cara reforzar el sistema de seguridad.
El argentino tiene muchas opciones de reaparecer después de varios
meses en el dique seco -su último partido lo jugó el 30 de octubre,
ante el Sevilla- y el portugués se ha ganado la confianza del
cuerpo técnico durante la semana, por lo que no sería extraño que
ambos tuvieran su ocasión a lo largo del partido. Además, la línea
de cobertura podría completarse con la reaparición de Cortés en el
lateral derecho y con la presencia de Navarro en el carril
izquierdo. Todo ello bajo la supervisión de Toni Prats, que salvo
sorpresa de última hora regresará a la portería en detrimento de
Miquel Àngel Moyà.
De cintura para arriba también se adivinan variaciones. Por un
lado, se prevé la titularidad de Juan Arango, que volverá a
interpretar un papel importante tras su castigo de Zaragoza. Sin
embargo, el venezolano podría actuar en la misma posición en la que
se movió todo el curso pasado (interior zurdo) y apartar de la
alineación a Tuni, que se había convertido en un fijo en esa
posición desde la séptima jornada del campeonato. A su vez, el
hueco que falta por rellenar en la delantera como socio de Víctor
lo ocuparía Yoshito Okubo. El japonés firmó una actuación estelar
en el estadio coruñés el ejercicio pasado y tendría así una nueva
oportunidad para ganarse la confianza de Cúper. El preparador
argentino, que ha trasladado a 18 futbolistas a La Coruña, dejó
ayer en casa por decisión técnica a Maciel, Iuliano y Lampros
Choutos.
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