El León condena a Doce

AQUA MÀGICA (13+13+12+20): Robert Battle (18), Juanma Ruíz (3), Vallmajó (2), Pacreu (3), Shalawn Miller (14) -cinco inicial-, Mena (5), Toledo (0), Johnson (0), Robert Maras (0), Llompart (13) y Diamantopoulos (0).

16 de 37 en tiros de 2 puntos. 4 de 14 en tiros de 3 puntos. 14 de 14 en tiros libres. 20 faltas personales.

LEÓN (17+22+16+25): Juanjo Bernabé (2), Lamont Barnes (15), Bulfoni (13), Higgins (14), Panadero (5) -cinco inicial-, Dumas (7), Barry (2), Silas Mills (19) y Dani García (3).

24 de 37 en tiros de 2 puntos. 6 de 18 en tiros de 3 puntos. 14 de 19 en tiros libres. 16 faltas personales.

Arbitros: Garmendia y Bardaji. Excluyeron por cinco faltas personales al local Battle (minuto 39) y castigaron con una antideportiva a Miller.

Albert Orfila

Tercer desastre en poco más de quince días y crisis exponencial. El Palma Aqua Mágica sangra a borbotones y su entrenador se ha quedado sin crédito. El León desfiló anoche por Son Moix con aire marcial y condenó a Eloy Doce, que en las próximas horas puede ser despedido. El técnico del ascenso, el hombre que despertó los sueños de la ACB está condenado. Su pizarra despierta tantas dudas como su capacidad para gestionar una plantilla en la que ya nadie se parece a nadie. Ante eso...

Desde hace tiempo, club y entrenador mantienen discursos casi antagónicos. Doce nunca compartió las nuevas coordenadas que se trazaron en los despachos, especialmente en materia de fichajes. No quería a Llompart y tampoco a Dimantopoulos, aunque han sidos los resultados y el pobre bagaje táctico que maneja su equipo los que le han metido en un laberinto sin salida.

Previsible y blando, el Aqua Mágica ha alcanzado una fase crucial del torneo bajo mínimos y con la ansiedad a flor de piel. Infalible hasta ahora en Son Moix, es probable que ante el León alcanzara el punto cero. Es difícil jugar peor y exhibir un repertorio tan escaso. Eloy Doce fue partícipe de todo ello. Cualquier decisión que tomó a lo largo del partido fue un desastre. Desde la defensa zonal que planteó durante un buen puñado de minutos a los movimientos de jugadores. Nada salió bien.

El Palma lleva tiempo viviendo con un plan muy sencillo. Juego libre y el músculo de Robert Battle. El problema es que casi todo el mundo ha encontrado soluciones ante una ecuación tan sencilla. Independientemente de su clasificación, es probable que el Aqua Mágica lleve tiempo convertido en el equipo de la LEB que peor juega a baloncesto. Primero fue el Drac Inca (en la Copa), después el Murcia y ayer el León. Ante escuadras estructuradas y con cierta capacidad de respuesta, el Palma se diluye sin rechistar. Son suficientes un par de trampas para desquiciar a un conjunto sin ritmo y que amontona demasiados problemas.

Miller y Battle sujetaron al equipo durante los quince primeros minutos, pero fue siempre una carrera imposible porque el León mandaba en todas las facetas del juego. Cuando consiguió cerrar el suministro local dentro de la pintura se acabó el partido. El Palma necesitaba amenazar desde el perímetro, pero su entrenador recurrió a Mena y Johnson. El resultado de tal despropósito no tardó en extrapolarse al marcador: 24-37 al descanso.