Cortés por Potenza, Ballesteros por Tuzzio y Doni por Pereyra.
Gregorio Manzano renuncia a remover su equipo más de lo necesario y
no va trazar ningún plan especial de cara a la visita del Real
Madrid. El técnico jienense tiene previsto recibir al conjunto
blanco con los mismos cimientos con los que triunfó en su estreno y
construirá la próxima alineación sobre una estructura idéntica a la
que salió victoriosa de La Rosaleda. El andaluz ajustará su dibujo
a las bajas que arrastra esta semana y repetirá la receta que más
dividendos ha reportado hasta la fecha.
La victoria frente al Málaga tuvo un efecto terapéutico, pero
también dejó una herencia demasiado pesada sobre el vestuario
isleño. La expulsión de Eduardo Tuzzio y el hecho de que Pereyra y
Potenza completaran su primer ciclo de amonestaciones despoblaron
de manera importante la pizarra de Manzano, que ha tenido que
rebuscar en la caseta para equilibrar las prestaciones defensivas
del once. En el caso del italiano, su baja estaba totalmente
solventada con el regreso de Cortés, pero el transalspino se
quedará sin la posibilidad de volver a su hábitat natural, el
corazón de la zaga, donde podría haber reeditado la sociedad que
formó junto a Nunes en Anoeta.
En cualquier caso, el hueco que refleja ahora mismo el eje de la
defensa se tapará gracias a la reaparición de Ballesteros que, poco
a poco, ha ido incrementando su protagonismo en la plantilla. El
Mallorca también estrenará ante el Madrid una nueva pareja de
directores de juego. El griego Basinas, que firmó una actuación
sobresaliente en la jornada anterior, se cubrirá en esta ocasión
las espaldas con Cristiano Doni, que no ha vuelto ser titular desde
la visita del Barcelona a Son Moix. Entre ambos componen el binomio
de más calidad de todo el centro del campo y tratarán de darle al
juego del equipo un aire muy similar al que ya tuvo contra el
Málaga.
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