TW
0

El Real Mallorca tiene esta tarde una cita con la permanencia. El equipo balear se juega una porción importante de la salvación frente al Racing de Santander, pero sobre todo ante sí mismo. En plena vorágine triunfalista y con la sensación de que vuelve a ser capaz de lograr todo lo que se proponga, el conjunto que dirige Gregorio Manzano tiene por primera vez la ocasión de marcar su terreno. Puntuar, despegar y ganar en calidad de vida, o perder y digerir el golpe de regreso a la tierra.

Después de mucho tiempo, los rojillos se adentran en una jornada clave en mejores condiciones que su rival, aunque es precisamente ahí donde puede estar su punto más vulnerable. El técnico bermellón ha agotado la semana recordándole a sus hombres las nuevas coordenadas porque es consciente de que la relajación puede costarle un disgusto, pero sabe también que si se mantiene la actitud de la última jornada podrá alojarse en un lugar mucho más confortable de la clasificación (El Sardinero, PPV, 17.00 horas).

Llega el Mallorca a su tercera función de la nueva era con el depósito más lleno que nunca. Primero arruinó el futuro del Málaga con un golpe de autoridad inesperado y después, dinamitó el presente madridista con su actuación más completa de los últimos años. Esas dos grandes noticias han reordenado sus ideas y le han permitido disfrutar de una tregua momentánea, pero hoy volverá a toparse con la realidad del campeonato: Un partido áspero, en territorio hostil y ante un enemigo totalmente imprevisible.