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Las primeras pedaladas de la temporada son el hábitat sobre el que mejor se desenvuelve Antoni Colom Mas (Bunyola, 1978). El profesional cumple su tercera campaña en el Illes Balears y sus resultados son su carta de presentación. En el curso 2004 se convirtió en el primer mallorquín que se hacía con la general de la Challenge. Un año después, subía a los podios de Mallorca, Valencia y Murcia y dejaba claro que en febrero y marzo, pocos están tan finos como él. La de 2006 ha sido la temporada de la consolidación de un corredor que ha madurado de manera espectacular. Como persona y como profesional. Su matrimonio ha jugado un papel importante, pero también las ganas de demostrar que puede ser un hombre importante en un equipo de peso. Eusebio Unzúe se deshacer en elogios ante el balear. «Ha estado sobresaliente». Este es el balance del técnico navarro. Y tiene motivos para estar satisfecho.

Segundo en la Challenge, ganador de la etapa reina (El Campello) y de la general de la Volta a la Comunitat Valenciana y, por encima de todo, protagonista de la París-Niza en su puesta de largo como jefe de filas en una grande, le han llevado a ser el mejor corredor español del momento. Tercero en la prestigiosa prueba gala, fue valiente y en el descenso final y puso contra las cuerdas a Floyd Landis. Se ha instalado en el podio provisional de la general del UCI ProTour (3º) y ha presentado su candidatura a formar parte denueve para la Vuelta a España.

Colom se ha reivindicado «como un corredor que sale a ganar si está bien» y un especialista en las carreras de invierno «aunque en la Vuelta al País Vasco no sé a qué nivel podré rendir. Llevo muchos kilómetros en las piernas y el esfuerzo me puede pasar factura, pero si tengo que estar delante, procuraré cumplir». No hubo trofeo en la París-Niza, «no lo entendía al principio, pero me hicieron ver que estar en el podio era un premio especial, y es verdad, es algo histórico y que premia todos estos meses de trabajo. Ahora sé que puedo ganarla. Antes, en algunos círculos ponían excusas para quitarle mérito a mis victorias, pero ahora no sé qué podrán decir, porque un podio en la París-Niza son palabras mayores», comentaba un Colom visiblemente delgado tras un mes cargado de emociones, y que descansará unos días, pero sin olvidar que bajarse del sillín no entra dentro de sus planes. «No puedo parar ahora, aunque este año he optado por cuidarme y reservarme», señala un Colom que se ha hecho más grande.