La «pole» está todavía por decidirse, pero se la van a jugar
Héctor Barberá y Jorge Lorenzo. Se puede hablar con esta
contundencia después de que las Aprilia del Team Fortuna marcaran,
por este orden, los dos mejores tiempos en la primera sesión de
entrenamientos oficiales del Gran Premio de España, primera prueba
puntuable para el Campeonato del Mundo de velocidad de 2006 y pista
de pruebas para los pilotos y las máquinas en un cuarto de litro
que se presenta apasionante. Como lo fue el mano a mano entre el
valenciano y el mallorquín en los últimos dos minutos de la segunda
tanda, en los que estaba en juego el honor de firmar el mejor
tiempo sobre el trazado de Jerez. Finalmente, Barberá sacó partido
de la tregua que ofreció Jorge Lorenzo. Problemas con la adaptación
a su montura y en la trazada de las curvas, además de los
habituales nervios de la vuelta al cole, impidieron al 48 poder
ofrecer registros como los firmados en la misma pista durante los
tests IRTA de semanas atrás. Entonces, con la confianza por las
nubes, fue el único capaz de bajar de 1:43 (1:42.873) y lanzaba un
serio aviso de que iba a por todas en la puesta de largo del curso
motociclista.
Las tornas se cambiaron, y con una pista sucia, Barberá marca la
pauta de manera provisional, aunque será hoy cuando se decida la
composición definitiva de la parrilla de salida. En la que habrá un
mallorquín en primera línea. Le costó entrar en la puja al balear,
pues De Angelis se propuso animar los primeros minutos en pista con
un tiempo de referencia de 1:46.478. Poco le duró la alegría al
sanmarinense, pues enseguida Barberá dejó ver que no iba a ser un
entrenamiento más, una puesta a punto. El piloto de Dos Aguas fue
el primero en rebajar el 1:46 (1:45.912) con una vuelta brillante,
impoluta. Lorenzo se mantenía a la expectativa. Sin ofrecer su
mejor pilotaje, mantenía el tipo y asomaba siempre la cabeza entre
los tres mejores tiempos (1:48.764, 3º). Son hacer ruido, le fue
metiendo presión a Héctor, y ya en su cuarta vuelta, Lorenzo se
situaba a dos décimas (1:46.115). Ya sólo quedaba su compañero por
delante y cerca de media hora para intentar reivindicar su papel
estelar sobre el asfalto de Jerez. Shuhei Aoyama, la mejor Honda,
De Angelis, Dovizioso y el propio Lorenzo rodaban en el mismo
segundo y el equilibrio era total. Vuelta a vuelta, se iba
realizado la selección natural habitual en estos casos. Aoyama daba
la campanada por unos minutos y se apoderaba de la «pole»
provisional. Una afirmación arriesgada teniendo en cuenta los
kilómetros que restaban (1:45.807). Jorge seguía al acecho, sin
bajar la guardia ni perder de vista el crono desde una privilegiada
tercera plaza. Lorenzo visitaba el box para pasar revista a los
problemas que iban apareciendo. No estaba cómodo y se le notaba en
el rostro, al igual que en la sesión matinal. Pero pese a ello, su
clase le permitió estar arriba, peleando con los mejores. Aunque a
Barberá no había quien le parara. Seguía superándose a sí mismo en
cada giro. En el séptimo, rebajó en casi dos décimas su mejor crono
(1:45.633), con medio segundo de margen respecto al 48, que en la
misma vuelta en la que el valenciano se exhibía acabó por plasmar
su progresión con un final apoteósico de vuelta. No sólo bajaba de
1:46, sino que se permitía la licencia de mejorar en casi medio
segundo el anterior tiempo de Barberá (1:45.199). Fue éste el crono
de referencia, a la par que sus demás rivales iban preparando la
bandera blanca para rendirse ante la evidente superioridad del
Fortuna Aprilia. Era una cosa entre Lorenzo y Barberá y el
mallorquín no quería dejar escapar una oportunidad así para dejar
claras las cosas. Es mejor piloto que Héctor y lo certificó dando
otro paso al frente hacia la «pole». Paró el crono en 1:45.107 y
llegaban las mejores sensaciones de los IRTA.
Hasta que el levantino volvió a proponerse una superación
personal. Tanto que dio gas a fondo y provocó la sorpresa general
con un tiempo de 1:44.561, el que sería bueno a la conclusión de la
sesión oficial, que tendrá continuidad en la jornada de hoy, a
partir de las tres y cuarto de la tarde. Mientras Locatelli se iba
por los suelos, Jorge volvía a meter presión (1:44.584) en dos
vueltas finales espectaculares. Al final, sólo 23 milésimas dejaron
al mallorquín sin un primer puesto que tiene en su mano recuperar
hoy mismo. Aoyama se iba a medio segundo y De Angelis a siete
décimas. Dovizioso pasaba del segundo de desventaja y Porto se
perdió en un más que discreto 15º puesto. Así, Lorenzo y Barberá se
jugarán hoy el honor de ocupar la primera «pole» de la temporada en
lo que está llamado a ser uno de los pulsos que animen el curso en
el Mundial de 250 centímetros cúbicos. Una rivalidad que va más
allá de lo personal y de ser el más veloz a vuelta completa.
Barberá superó con creces la media más elevada de la jornada (243,1
kilómetros por hora por los 239,5 de Lorenzo) y le va a poner las
cosas difíciles al portador del 48, que con una segunda posición
que invita al optimismo encara un día clave para conocer sus
aspiraciones en un Gran Premio de España que le tiene entre sus
favoritos. Ayer se encargó de lanzar un aviso. Y eso que no estaba
del todo bien.
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