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El Mallorca podrá repasar el domingo uno de los trayectos más emotivos de su historia reciente. La SAD balear se juega una porción muy importante de la permanencia contra el Espanyol, pero sobre todo ante dos viejos conocidos que amenazan con derrumbar todo lo edificado por Manzano en el último mes y medio. Uno, Walter Pandiani, se cruzará en el camino del club que le pretendió con más fuerza durante el último mercado de invierno, pero al que descartó para fichar por el conjunto espanyolista. El otro, Luis García, estuvo en la Isla el mismo tiempo que su compañero, pero su recuerdo sigue muy presente entre las gradas de Son Moix. Y es que el asturiano volverá por primera vez al estadio del Camí dels Reis para reencontrarse con una afición que aún le idolatra y que no olvida su entrega de la temporada pasada. En total, fueron 37 partidos de Liga con la elástica rojilla y 11 goles, datos más que suficientes para el mallorquinismo le siga recordando con un cariño especial. Su inesperada salida de la entidad durante el verano de 2005 le impidió despedirse de la masa social del club como a él le hubiera gustado, aunque el domingo tendrá la oportunidad de hacerlo desde la acera contraria. No es el partido más indicado para los festejos, pero seguro que la hinchada isleña se volcará para recibirle como se merece.

El delantero ovetense llegó a Mallorca en la pretemporada de 2004 procedente del Murcia y entró con muy bien pie en el conjunto rojillo, que le convirtió rapidamente en la referencia atacante del proyecto liderado entonces por su paisano Benito Floro. Tras la marcha del técnico, Luis siguió llevando todo el peso atacante bajo la dirección de Cúper y se erigió en ehombre-go de un conjunto que nunca lo tuvo fácil para llegar a la portería contraria. Pese al negro ejercicio que completó el Mallorca, sus actuaciones no pasaron desapercibidas para algunos clubes, como el Espanyol, que apostaron por su contratación para ganar en pegada. Teniendo en cuenta que el ex madridista era uno de los activos más importantes del club en esos momentos, a Vicenç Grande no le quedó más remedio que traspasarlo por 3 millones de euros para liberar sus arcas. En la Ciudad Condal ha prolongado la tónica de los últimos años y aunque no ha podido esquivar la batalla por la permanencia, mantiene intacto el olfato que le caracteriza.

«Será un partido realmente especial, una cita que tenía marcado en rojo desde que comenzó la temporada», relata el delantero a la hora de explicar sus sensaciones de cara a la jornada del domingo. «Lo será también volver a una Isla que recuerdo con muchísimo cariño y ante una afición ejemplar que me merece el mayor de los respetos». Luis García, que pese a su marcha siempre se ha referido al Mallorca en términos especialmente cariñosos, confía en que las gradas de Son Moix le tributen una calurosa bienvenida: «Espero que me reciban bien porque yo hice todo lo que pude por el equipo mientras estuve allí. Cuando marqué en la primera vuelta en Montjïuc no quise celebrarlo en señal de agradecimiento al club y por supuesto, tampoco lo haría si marcara el domingo», apunta.