Mirando de reojo a la enfermería, donde Basinas y Doni apuran sus
últimas opciones de jugar -Cortés ya está descartado- Gregorio
Manzano abrió ayer el libro del optimismo en su encuentro con los
periodistas. El entrenador del Mallorca esparció su sonrisa a la
hora de hablar de algunas cuestiones triviales, como el
Barça-Madrid; frunció el ceño cuando se le preguntó por el
«cachondeo» de los colegiados, que ayer desconvocaron la huelga, y
llamó al timbre de la hinchada para que acudan mañana a Son Moix a
animar a su equipo en una cita terminal en la carrera por la
salvación.
La visita del Espanyol motiva a una grada acostumbrada a sufrir
en los últimos malos tiempos y que quiere divisar las últimas
curvas de la travesía con las alforjas cargadas de puntos. Ahora, a
falta de ocho episodios para echar el telón del torneo, el grupo
bermellón está situado sólo tres puntos por encima del descenso,
una plaza que marca la Real Sociedad, que esta tarde recibe al
colista Málaga.
Antes de adentrarse en cuestiones técnico-tácticas, el técnico
de Bailén trató las lesiones de Cortés, Basinas y Doni que les
mantienen entre algodones: «Cortés está descartado, mientras que
Basinas y Doni vamos a ver cómo llegar al partido. Debemos esperar
hasta el último momento para decidir. ¿Basinas? Hoy se ha
ejercitado al mismo ritmo que sus compañeros, aunque el
entrenamiento no era muy exigente». La presencia del centrocampista
griego se antoja fundamental. El Mallorca acusó su baja en Vigo,
donde mostró graves problemas de elaboración.
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