REAL MADRID 58(18+8+14+18): Sonko (5), Scales
(9), Bullock (19), Reyes (9), Hamilton (4) -equipo inicial-,
Rakocevic (8), Gelebale (4), Hervelle (0) y Hernández-Sonseca
(0).
Àrbitros: Voreadis (GRE), Lamonica (ITA) y Dozai (CRO). Sin
eliminados.
David Àlvarez|BARCELONA
El Winterthur Barcelona puso un pie en la Final a Cuatro de Praga
al iniciar la serie con el Real Madrid, en la que ya partía con la
ventaja del factor pista, con un triunfo, pero sobre todo con una
demostración de que la mejor plantilla es sin duda la azulgrana. El
equipo de Ivanovic dejó poco lugar a equívocos y puso en evidencia
que las diferencias que refleja la clasificación ACB y el mejor
puesto obtenido por los barcelonistas en la segunda fase de la
Euroliga. Pese a esa certificación de superioridad barcelonista, el
primer cuarto fue sin embargo del todo igualado, con ambos técnicos
dejando claro que se mantenían fieles a las consignas lanzadas en
la previa con una apuesta compartida por la defensa como base
táctica.
Así, llegados al ecuador del primer periodo, la media por equipo
era de un punto por minuto, con unas excelentes ayudas por los
azulgrana, que buscaban siempre el dos contra uno para asfixiar el
perímetro madridista. La defensa azulgrana provocaba mientras que
el Real Madrid agotase posesiones de ataque y, en esas
circunstancias, las máximas comenzaron a sucederse hasta llegar a
los catorce puntos en el minuto 25 (45-31).
El Barcelona estaba lanzado, así que lo único que podía llegar
en el último cuarto era una nueva sucesión de diferencias máximas
que, esta vez, llegaron a los diecisiete puntos (59-42, min.35). Al
final, la cosa quedó en 72-58 con Ivanovic, que poco necesitó de
Navarro pese a su temor por perderlo por lesión, pidiendo
concentración con el partido decidido y con la serie teñida de
azulgrana. Aunque el Madrid no ha dicho su última palabra.
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