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La semana con más turbulencias del curso dobla hoy la esquina con otro desafío descomunal. Otro reto de órdago ante un rival de enjundia. Sin margen para el error, el Mallorca se autoexige la victoria para salir del atolladero y comenzar a respirar a pleno pulmón. Da la sensación que el grupo de Manzano afronta el último impulso sin fuerzas, con los bolsillos cargados de piedras y la lengua fuera. Mal síntoma cuando los vecinos de fatigas transmiten buenas vibraciones. Hoy llega a Son Moix la sorpresa agradable del torneo, el mejor Club Atlético Osasuna de la historia, que intentará asegurar la Copa de la UEFA, mantener encendida la llama de la Champions League y seguir con la batalla ante Real Madrid y Valencia. (17.00 horas, Son Moix).

El Mallorca se ha atascado en las últimas jornadas. Cuando la permanencia parecía asegurada, el grupo balear se ha contagiado del miedo en sus duelos directos ante Espanyol, Athletic y Alavés, sumando tres empates que le han servido para atrapar tres puntos, pero no para escaparse del peligro.

Las oportunidades se agotan y el grupo balear hipotecará una porción notable de sus opciones si deja pasar de largo la de hoy ante un rival que se encuentra más a gusto como visitantes. Por ello, esta tarde sólo importa ganar. No importa ni cómo ni cuándo. Poner la brújula rumbo a la salvación no puede esperar más. Han sido ocho meses de sufrimiento y caídas frecuentes. Ahora suma cuatro jornadas sin ganar, la peor racha de la era Manzano, aunque presenta unos números aceptables en el estadio de Son Moix. No pierde aquí desde el pasado 29 de enero (0-3 ante el Barcelona), si bien sólo ha ganado dos partidos (ante Real Madrid y Cádiz), empatando cuatro (frente a Getafe, Villarreal, Espanyol y Alavés).

Para alterar el rumbo peligroso que ha impuesto el destino, Manzano ha apostado por darle la vuelta al calcetín y remover algunas piezas. El técnico de Bailén cambia de once y de sistema. Si repite las pruebas del pasado jueves, utilizará a Pereyra como único pivote, le entregará la banda derecha al italiano Cristiano Doni y la responsabilidad ofensiva al mallorquín Víctor Casadesús. Estas permutas empujarían al banquillo a los argentinos Francisco Maciel, Leo Pisculichi y Jonás Gutiérrez, el protagonista negativo de la semana -se enfrentó a varios compañeros en un entrenamiento y fue condenado por amenazas a la Policía-, que podría ser suplente por primera vez en la presente temporada, después de veintiséis partidos en el once titular.

Así, Manzano apostaría por Prats en la portería; Cortés, Ballesteros, Nunes y Fernando Navarro en defensa; Pereyra en el doble pivote; Doni, Basinas, Arango y Tuni en el centro del campo con Víctor en ataque. Un bloque que pierde recorrido y trabajo defensivo en la banda derecha, pero que gana creatividad con la presencia del italiano.

En el banquillo estarían Moyà, Tuzzio, Maciel, Borja, Okubo, Jonás y Pisculichi. No entraron en la convocatoria por cuestiones técnicas o médicas Farinós, Campano, Potenza, Yordi y Braulio.

Los focos apuntarán a los delanteros. Entre Arango, Okubo, Víctor y Pisculichi sólo han marcado tres goles en los ocho últimos partidos, una falta de pegada que el equipo ha acusado de forma notable y que ha rebajado sus opciones de triunfo. El club confía en la respuesta del público en este segundo partido consecutivo en Son Moix para amarrar un triunfo indispensable para el futuro.