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Sergio Àlvarez|IMOLA
El alemán Michael Schumacher (Ferrari) logró ayer la victoria número 85 de su carrera deportiva al imponerse en el Gran Premio de San Marino, cuarta prueba del Mundial de Fórmula Uno, en un épico duelo en la pista de Imola (Italia) con el español Fernando Alonso (Renault), actual campeón mundial y líder del campeonato.

En una reedición del gran premio de San Marino del año pasado, aunque con los papeles invertidos, esta vez fue el siete veces campeón mundial el que resistió las embestidas de Fernando Alonso, que remontó desde la quinta plaza desde la que comenzó la carrera.

Alonso sacó partido de los problemas de neumáticos que comenzaron a acosar al «Kaiser» a mitad de carrera para situarse literalmente bajo su alerón trasero, pero el español finalmente no pudo rebasar al alemán en una trazado, el Enzo y Dino Ferrari, de Imola (Italia), en el que esta maniobra es casi imposible.

Fernando Alonso ganó un puesto en la primera variante del circuito (Tamburello), en la que aprovechó una torpeza del brasileño Rubens Barrichello para superarlo sin piedad. El asturiano se colocó tras el británico Jenson Button (Honda) y el también brasileño Felipe Massa (Ferrari), segundo y tercero, mientras Schumacher comenzaba a marcar las primeras distancias.

Button se quitó pronto de enmedio ya que fue el segundo en hacer el primer repostaje, lo que dejaba claro que en la clasificatoria del sábado, en la que fue segundo tras Schumacher, iba bastante ligero de combustible. Alonso comenzó entonces a acosar a Massa y empezó a ser más veloz que éste a partir de la décima vuelta, con Schumacher como siguiente objetivo.

Alonso empezó a marcar un ritmo endiablado. Este factor, junto a los problemas de degradación de los neumáticos que comenzaron a acosar al alemán a mitad de carrera, permitieron al asturiano ir recortando a pasos agigantados la ventaja que llegó a amasar Michael Schumacher. El español tardó muy poco en pegarse al germano en el preludio de una lucha que iba a durar hasta el final.

La pugna se interrumpió momentáneamente con la segunda parada de ambos, en la que Ferrari copió la estrategia de Renault e hizo que Schumacher se detuviese sólo una vuelta más tarde que Alonso. El combate se reanudó poco después, esta vez con el germano calzado con neumáticos nuevos.

Esta circunstancia, unida a lo complicado del trazado para adelantar, volvió a dificultar la tarea de Alonso, que en la parte final incluso cometió un par de errores, en las curvas de Rivazza y Villeneuve, que a punto estuvieron de costarle caras. En la primera estuvo a punto de salirse y en la segunda salió rebotado al pasar por encima de un bordillo.

Al contrario de lo sucedido hace un año, esta vez el acosado era Schumacher y el cazador, Fernando Alonso. En 2005, éste supo cerrar todas las puertas a su rival para apuntarse el triunfo en el año de su título, pero esta vez, con los papeles cambiados, fue el piloto de Ferrari el que impidió la progresión hacia el triunfo del español.