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Vicenç Grande arropa a sus hombres. El presidente del Real Mallorca mostró ayer su respaldo al cuerpo técnico y los jugadores con su presencia en la Ciudad Deportiva. Vestido de traje, el máximo accionista bermellón no dudó en pisar el césped de la Ciudad Deportiva Antonio Asensio para saludar a sus pupilos, especialmente al griego Angelos Basinas, que cometió la pifia que precedió al gol del triunfo de Osasuna el pasado domingo. Incluso se sumó a la charla técnica de Manzano como si de un jugador más se tratara, escuchando con atención los mensajes de su entrenador y comprobando de primera mano el buan ánimo que se respira en le vestuario bermellón a pesar del varapalo sufrido el pasado domingo.

El gol de Delporte en la última jugada del encuentro, en el minuto 93, supuso un duro golpe para un Mallorca que había dispuesto de innumerables ocasiones para ganar. La derrota, no obstante, no le permite relajarse en estas cuatro últimas jornadas del campeonato, ya que está sólo un punto por encima del Alavés, que ocupa la última plaza de descenso a Segunda División. Uno de los protagonistas del encuentro, Juan Arango, no ocultó su decepción por la derrota, pero insistió en que el equipo debe olvidar ese resultado «pronto» porque si no le pasará factura en los próximos partidos.

Arango señaló que «por lo menos se hizo merecedor del empate», ya que dominó y creó las mejores ocasiones durante todo el partido. «Ellos (Osasuna) se están jugando la Champions y sólo crearon esa ocasión que transformaron en gol. Nosotros tuvimos oportunidades, yo mismo pude marcar, pero seguimos sin acierto ni fortuna arriba», explicó el máximo goleador del Mallorca en el torneo.