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El sufrimiento del Mallorca tiene fecha de caducidad. El equipo balear, que lleva toda la temporada peregrinando hacia la permanencia, se ha sumergido ya en la última etapa de un trayecto que le permitiría encadenar diez temporadas consecutivas en la máxima categoría por primera vez en sus noventa años de historia. El conjunto que dirige Gregorio Manzano está a sólo un paso del destino que se propuso alcanzar cuando arrancó el ejercicio y de hecho, mañana, a las 22.00 horas, podría tener el asunto totalmente olvidado. La plantilla y el cuerpo técnico, conscientes de todo lo que han padecido en los últimos meses, se han marcado ese objetivo y no quieren dilatar más la tensión del campeonato. Para ello, el primer paso es derrotar al Valencia y esperar a que ni Alavés ni Cádiz lo hagan. Si no es así, el conjunto isleño dispondría de un nuevo match bal ante el Betis el próximo domingo, en la jornada límite para liquidar el torneo sin tener que soportar más presión de la necesaria.

El triunfo de los rojillos será imprescindible para acelerar los trámites, pero también que el Alavés y el Cádiz no sumen los tres puntos en sus respectivas «finales». Los vitorianos, que ya empiezan a mentalizarse de lo que supondría un nuevo descenso, reciben en su terreno de juego a un Betis que, como el Mallorca, está ansioso por liberarse de una vez por todas de la amenaza del descenso. El Cádiz por su parte, afronta otro duelo calcado al de los vascos que también será fundamental para el desenlace de la liga. El cuadro de Víctor Espárrago se mide a la Real Sociedad en el Carranza y volcará todas sus fuerzas en busca de un triunfo que le ayudaría a seguir soñando con la permanencia. Si albiazules y amarillos son incapaces de sumar los tres puntos, el Mallorca podría permitirse el lujo de dejar escapar la victoria, ya que la permanencia estaría apalabrada.

En sólo una semana la situación del Mallorca ha sufrido un giro tajante. Gracias a su elaborado triunfo en el Vicente Calderón, el grupo isleño ha pasado de estar arrinconado junto al hueco más oscuro de la clasificación a ver la tabla desde una perspectiva de la que practicamente se había olvidado. Ha recuperado el colchón que tenía embargado por los resultados y ha regenerado por completo la autoestima del vestuario, que parece más dispuesto que nunca a realizar el esfuerzo definitivo. El Mallorca pretende vivir mañana una noche mágica, una función parecida a la del 29 de mayo de 2005. En aquella ocasión el conjunto bermellón se jugaba toda una temporada ante el Betis después de adelantar al Levante en una maniobra casi suicida y la afición arropó al equipo de manera ejemplar para llevarle en volandas a la salvación. Con esa referencia aún muy fresca en el recuerdo de Son Moix, la intención de la SAD balear es que se repitan algunas de las escenas vividas en aquella noche frenética y que el equipo, que estará en todo momento muy pendiente de lo que ocurra en Mendizorroza y el Carranza, redacte un final feliz que le habilite para disfrutar sosegadamente de las dos últimas jornadas de la competición.