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Amador Pons
En el deporte moderno todo se mueve por sensaciones. Henry le dice que no al Barça porque en el Arsenal tiene buenas sensaciones. Federer no le gana nunca a Nadal porque el mallorquín tiene mejores sensaciones sobre tierra. Así que, después de que Magistra hubiera pasado una mala noche, estaba claro que el Gran Premi Nacional se lo tenía que llevar el que tuviera mejores sensaciones en la pista de Son Pardo: Mira Prim.

El ambiente del Gran Premi Nacional comienza a ser familiar. El Hipódromo de Son Pardo se llena cada año para presenciar la carrera más importante del calendario balear y la alegría que viven los propietarios que se coronan como los reyes de la generación es muy similar en todas las ediciones. Ayer, los que vivieron uno de sus días más felices fueron Tomeu Burguera y Guillem Coll, que vieron como Mira Prim rompía los pronósticos y se coronaba como el mejor trotón de tres años.

Para muchos el de ayer ha sido el Gran Premi Nacional más importante de los 73 que se han disputado, ininterrumpidamente, hasta el momento. Por la dotación en premios de la prueba (se repartieron 100.000 euros) y por el nivel que mostraron los participantes (todos firmaron unos registros muy buenos). Y es que este Gran Premi Nacional quiere instalarse entre las grandes citas del calendario mundial y las instituciones han decidido darle un impulso económico para poder codearse con competiciones de nivel.