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Juan Antonio Lladós|LE MANS
El japonés Yuki Takahashi (Honda) logró su primera victoria y podio al vencer en un apretado esprint final a su propio compañero de escudería, el italiano Andrea Dovizioso (Honda) en el Gran Premio de Francia de 250 centímetros cúbicos, que se disputó ayer en el circuito de Le Mans.

Héctor Barberá (Aprilia) fue el mejor español en la séptima plaza, si bien llegó a estar con el grupo de cabeza pero no pudo mantener el ritmo impuesto después de realizar una mala salida y verse forzado a remontar. Uno de los primeros en quedar fuera de carrera fue, precisamente, otro de los aspirantes al título mundial, el mallorquín Jorge Lorenzo (Aprilia), que pisó una zona húmeda en el transcurso de la séptima vuelta y tras embestir al italiano Roberto Locatelli (Aprilia), que salvó la caída de forma casi milagrosa, se fue por los suelos y sin ninguna opción de continuar.

Está claro que algo no funciona dentro de Jorge Lorenzo y en su entorno, pues con la caída del Gran Premio de Francia de 250 centímetros cúbicos sumó la tercera del fin de semana y la segunda prueba sin obtener un solo punto, lo que le aleja un poco más de sus opciones de ser campeón del mundo, frente a un rival, el italiano Andrea Dovizioso (Honda), que no se permite un solo fallo y no se ha bajado del podio en lo que va de campeonato. Curiosamente, los números del balear han sufrido un bajón considerable desde que el equipo decidiera prescindir de Joaquín Dosil, el prestigioso psicólogo deportivo que ayudaba a Lorenzo a conseguir una serie de resultados que quedaron reflejados en la recta final del pasado Mundial y las dos primeras pruebas del presente (Jerez y Qatar) en las que logro sendos triunfos. Jorge tiene margen para rectificar, pero los rivales ya han adquirido una ventaja demasiado importante.

A todo ello se puede unir el hecho de que la octava posición de entrenamientos del mallorquín representó su peor resultado en esas sesiones desde el Gran Premio de Portugal de la pasada campaña.

Dovizioso salió muy fuerte y marcó el ritmo durante las primeras vueltas, pero luego, ante la presión de su propio compañero de escudería, el japonés Yuki Takahashi, le dejó hacer y se mantuvo tras su estela esperando el más mínimo error pero sin arriesgar. El campeón del mundo de 125 centímetros cúbicos en 2004 tiene claro que el título se decantará a favor de aquél piloto que más puntos sume, aunque no sea ganando, y por esos derroteros establece sus estrategias. Después de ser superado por Yuki Takahashi, Andrea Dovizioso se mantuvo espectante, sin «meterle la rueda» ni una sola vez, quizás esperando un error o el ataque en la última vuelta, pero daba la impresión de que el italiano no iba a arriesgar más de lo estrictamente necesario para sumar el máximo posible de puntos, pues dos de sus máximos rivales por el título se lo estaban poniendo muy fácil; Jorge Lorenzo se había caído y Héctor Barberá rodaba bastantes posiciones por detrás de él.

Con el dúo de cabeza muy destacado, tras ellos se acabó formando un peligroso trío, el integrado por el sanmarinense Alex de Angelis (Aprilia) y los hermanos japoneses Hiroshi Aoyama (KTM) y Shuhei Aoyama (Honda), que dejaron descolgados y en tierra de nadie a Héctor Barberá y el italiano Roberto Locatelli (Aprilia).